Sobrevolando la Siberia profunda…
A oscuras… solo se ven las llamas de las muchas refinerías que hay en Rusia, y en la radio solo se oye muy de vez en cuando a algún avión charlando con el controlador en un inglés extraño con fuerte acento… o en ruso directamente.
Vamos hacia el País del Sol Naciente…
Hace tiempo escribía sobre los momentos en los que la vida nos da oportunidades para vivir experiencias nuevas y retos interesantes.
Nunca antes había estado en una longitud tan al Este. He volado a Moscú o Tel Aviv en el Mediterráneo, pero tan hacia el Este nunca.
Sobre el papel, nuestro vuelo es considerado como “critico” ya que son 13 horas y cuarto, muchos husos horarios y, principalmente, vamos por un espacio aéreo en el que aún habiendo mucho aeropuerto, en caso de emergencia no todos son adecuados o la meteorología no es la mejor del mundo.
Saliendo de España vamos prácticamente en línea recta hacia Varsovia, Minsk y dejando Moscú a la derecha ya nos adentramos en Rusia.
En nuestra ruta contactaremos con unos centros de control realmente singulares: Syktyvkar, Tymen, Krasnoyarsk, Irkutsk, Khabarovsk y después de cruzar el Mar de Japón, entraremos en la isla de destino desde el noroeste. Dejando China durante todo el trayecto a nuestra derecha, volaremos en casi toda su longitud sobre el país que hasta hace no tanto tiempo representaba el “Mal”.
Salimos de Madrid de día, poco después de las 12 de la mañana. En un rato se nos hará de noche y según avancemos hacia latitudes más altas quizás veamos alguna aurora boreal. Será una noche corta ya que cuando aterricemos llevaremos unas horas con el sol levantado y serán las 10 de la mañana locales, aunque para “nuestros cuerpos” sean las 2 de la madrugada. Todo un reto para nuestros ritmos circadianos.
Los aeropuertos que tendremos de alternativos por el camino en caso de alguna emergencia tienen hoy buena meteorología, claro está que las temperaturas son de -25ºC de media y presiones atmosféricas bajísimas de hasta 760hPa, y eso complicaría bastante la operación ya que se congela todo e incluso habría que hacer correcciones a los altímetros. Obviamente no será necesario nada de esto porque todo va a ir según planeado y tan solo tendremos que aterrizar en Tokio, nuestro destino.
Para nuestro largo vuelo de hoy somos 4 los pilotos, con el objetivo de trabajar por turnos e ir relevándonos en cabina, de manera que al llegar al destino estemos en condiciones adecuadas para atender la fase de aproximación y aterrizaje. Las regulaciones internacionales así lo dictan y están orientadas a la búsqueda de un manejo de la fatiga que evite la más remota posibilidad de un accidente o despiste.
Hemos cargado 79 toneladas de combustible, más que suficiente para llegar y cubrir cualquier incidencia que aparezca por el camino y aun así con previsión de llegar con unas 7 toneladas a Tokio como reserva final.
El agua potable para los lavabos a tope para no quedarnos sin el uso de los aseos a mitad de camino, esto no es lo normal ya que para vuelos más cortos no cargamos con todo ese peso extra de agua. Los “galleys” completos de comida y bebida para el mayor confort y disfrute de los pasajeros.
Les deseo un vuelo placentero en el que van a ser perfectamente atendidos por una tripulación fantástica. Les aconsejo que descansen si quieren disfrutar de Tokio a la llegada. Haremos todo lo posible para evitar las turbulencias y les aseguro que llegaremos antes de la hora programada.
Muchas gracias por volar hoy con nosotros y hasta la próxima vez.


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