La aviación vista por un aviador

BRASIL

Buenas noches desde Vunok, un punto al norte de Natal cerca de la costa.
 

¿Qué es lo que tiene Brasil que siempre que lo sobrevuelo me siento como en casa? La respuesta a esta pregunta es difícil de concretar ya que siendo un país tan grande, lleno de tantos matices, colores y sensaciones, no sabría decir el porqué…

 

Aunque por otro lado, pienso que puede ser la cálida sensación de bienvenida que da oír el acento del controlador tras cruzar el Atlántico y ver tierra. Tierra verde y soleada. Han sido muchas las veces durante 15 años, que de madrugada, he visto amanecer a mi izquierda sobre la costa de Pernambuco, y muchas las veces que he tenido que sortear las inmensas formaciones nubosas del Frente Intertropical cera de San Fernando de Noroña.

 

Así que puede que esta sensación de bienestar al entrar en contacto con Brasil, se deba a la calma de saberme sobre tierra o a la dulzura de los matices de su cultura que se aprecian desde aquí arriba…

 

Pero lo que si tengo claro es que yo nací como piloto para hacer esto. En líneas generales hay pilotos que hacen una vida de vuelos de medio y corto alcance, los de muy corto alcance y otros que, como yo, hacemos vuelos realmente largos. Cuando empecé a volar obviamente todo eran vuelos cortos, de avioneta. Y eran los mejores del mundo, y siempre volaba el mejor avión que había en aquellos momentos para mí (esta sensación sigue siendo la misma). ¡O así lo sentía!. Pero cuando empiezo a dedicarme a esto de una manera más profesional, me doy cuenta de que donde mejor me siento es en este tipo de vuelo, los largos.

 

Tal es así, que hace unos pocos años estuve un breve tiempo volando como comandante por España y Europa. Vuelos cortos en su mayoría (máximo 6 horas) y todo me parecía poco: poco peso, poco combustible, pocas horas de vuelo, muchos madrugones, slots, embarques…

Es otra aviación, es una constante carrera contrarreloj, carrera de obstáculos, desde que me ponía el uniforme hasta que 14 horas después y tras unos 3 o 4 vuelos, me lo quitaba en un hotel europeo.

 

Tras 14 años volando a América, el regresar a Europa supuso un cambio radical en mis horizontes, en los acentos de la radio, los controles nuevos, los aeropuertos para mí nuevos…Fue descubrir un nuevo mundo en verdad. Fue una breve etapa profesional muy intensa y muy interesante pero, ahora que ya he regresado de nuevo a los vuelos largos, me doy cuenta que es aquí donde mejor me siento. Hay detalles que así me lo confirman.

 

Si en cualquier vuelo como pasajero, pasase a cabina sobre Europa, no tendría ni idea de mi situación geográfica hasta no haber mirado unas cuantas cosas en los instrumentos de vuelo. Y aún así no lo tendría seguro. En cambio en mitad del Atlántico con mirar tan solo al punto siguiente al que volásemos en ese instante sabría perfectamente dónde estamos entre ambas costas, el control con el que estuviéramos en ese momento y más o menos el tiempo a destino.

 

¿Qué es lo que tiene Brasil? Pues quizás tan solo sea la puerta a Sudamérica cuando volamos hacia el Sur: Argentina, Uruguay, Chile y el propio Brasil empiezan aquí.

 

Y aquí me siento bien…

 

Nos quedan unas 3 horas y media hasta llegar a São Paulo y ya hemos sorteado la peor parte de la turbulencia de la que les hablaba al salir de Madrid. Aún queda algo más adelante, pero desde luego será menos intensa que la que hemos pasado anteriormente. Disfruten del tiempo que queda de vuelo y espero volver a verles a bordo prontamente.

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