Buenas tardes señores pasajeros. Parece que hace mucho tiempo ya, pero lo cierto es que hace menos de una semana que estábamos aquí, prácticamente sobrevolando las mismas aguas de camino a una ciudad americana «soleada, luminosa y alegre». Exactamente a la misma ciudad que ahora.

Hace unos vuelos les hablaba sobre las “rutinas” de este “trabajo sin rutinas”. Hoy mientras me preparaba para este vuelo no sentí en ningún momento sensación de repetición, o «rutina». En menos de una semana la meteorología ha cambiado notablemente en la ruta, este es otro avión, nos acompañan otros tripulantes y sobre todo: hoy vienen ustedes que son otros pasajeros.

Hace casi un año mis jefes nos ofertaron a un grupo de los Comandantes más experimentados en este tipo de vuelos largos y de esta flota, el participar en un proceso de renovación agilizado de sus copilotos. Ocurre que en breve espacio de tiempo, la gran mayoría de los copilotos antiguos de esta flota dejarán la misma para pasar a las flotas más pequeñas pero como Comandantes.

Un proceso precioso profesionalmente para ellos, pero que nos dejaría de repente con la gran mayoría de los copilotos que los sustituirían con poca experiencia en este tipo de vuelos.

Para completar su formación antes de estar completamente “sueltos” y considerarles copilotos de pleno derecho, nombraron a un grupo de comandantes «Capacitadores». Una palabra extraña que en mi época de copiloto novel, eran conocidos como “Tutores”.

Al copiloto una vez completada la mayor parte de su formación se le tiene durante unos meses volando con nosotros los «Capacitadores», los cuales pulimos detalles que solo se ven en el día a día y sobretodo aportamos el conocimiento de muchos años operando en los destinos y sus características especiales. Les hacemos un seguimiento documentado y aportamos cientos de datos que no aparecen en los libros.

En este proceso se suelen repetir ciertos destinos que por su especial importancia son considerados casi requerimiento para la completa formación de los copilotos. De ahí que últimamente repito bastantes de esos destinos. Hoy al igual que hace unos días es uno de esos.

Hoy vamos con un copiloto experto y otro bajo mi «tutela», y me llama la atención que todos son jóvenes, felices de formar parte de esta Gran Compañía y traen una energía renovada que es contagiosa. Pero sobre todo lo que me llama más la atención es su gran profesionalidad y compromiso con el aprendizaje a pesar de su juventud.

Quiero recordar que yo en aquel mi primer cruce del Atlántico iba con la misma ilusión y energía que veo en ellos ahora. Y con esto no quiero decir que ya no tenga esa fuerza, pero la capa que dejan los años y las horas de vuelo camuflan un poco esa energía , aunque los ojos no engañan y en nuestras miradas se esconden la curiosidad, la fuerza juvenil y la misma intensidad que la de estos copilotos.

Estamos a unas 4 horas del destino, vamos a seguir sin movernos prácticamente gracias a la ruta elegida hoy, y llegaremos unos 20 minutos antes de la hora programada. El avión – que por cierto es el más moderno de la flota – está funcionando al 100% perfectamente y vamos ahorrando algo de combustible. Llegaremos bien y podremos disfrutar de una bonita tarde en destino.

Muchas gracias por volar hoy con nosotros y continúen descansando.