Buenas noches.
Son las 07:15 horas y una vez más estamos entrando en el famoso Triángulo de las Bermudas, de camino a Madrid, de camino a casa… Y sí, hoy más que otras veces tengo la sensación de “ir a casa” ya que nada más aterrizar empiezan unos días de vacaciones para mí.
Llevo unos 16 años haciendo vuelos trasatlánticos en su gran mayoría, que conllevan grandes cambios de husos horarios afectando principalmente a los ritmos de sueño y a la salud. A lo largo de estos años han sido varias las ocasiones en las que al acercarse un periodo de vacaciones he notado que las necesitaba de una manera física, no tanto como una necesidad de cambiar de aires y descansar de la rutina del trabajo.
A medida que voy acumulando meses de trabajo, noto que el tiempo de descanso me cunde menos, que la recuperación de un cruce atlántico no es tan rápida ni tan reparadora como solía ser. Es como la fatiga acumulada que sufren los ciclistas en las carreras de varios días. Cuando un día no recuperan bien, llegan a la meta con el pelotón, pero no son capaces de dar tirones o esprintar al llegar al final de la etapa. No tienen que preocuparse en absoluto porque no es una situación alarmante ni mucho menos, pero soy consciente de las señales que mi cuerpo me transmite llegado a este punto. Y puntualizo, que no es «Fatiga», ya que eso es muy peligroso en muestro trabajo, es tan solo cansancio y ganas de desconectar un poco.
Como en todo trabajo o actividad física, suelen haber grandes satisfacciones y sinsabores. En este trabajo nuestro hay muchas más de las primeras, pero no cabe duda que es importante el peaje físico que se ha de pagar a lo largo de los años en cuanto al desgaste físico que supone tanto cambio horario, romper los ritmos circadianos y los hábitos alimenticios. Cada uno de nosotros tiene sus métodos para mantenerse alejado de la fatiga y es muy común que coincidamos en los gimnasios, o la hora de tomar un refrigerio a horas raras. Dormir una siesta tras desayunar en América y antes de salir hacia España, o evitar la adaptación al ritmo circadiano local después de un vuelo de largo alcance (cruzando varios husos horarios) con un periodo de pernocta corto, son algunas de nuestra rutinas.
¿Vacaciones en Octubre? Pues es buena fecha ya que puedo ir a cualquier sitio, no hay esas aglomeraciones que suelen haber en verano y hasta me podría ahorrar algo de dinero. Pero la verdad: no me apetece nada subirme en un avión.
Quiero descansar del reloj, de la puntualidad, del “corre corre”, de la tensión y de los cambios horarios. Realmente me apetece dormir en mi cama, en mi casa, con mi familia. Despertarme en mi huso horario y acostarme a una hora normal. Comer comida «española», saborear un buen vino y tener tiempo para mí.
Hoy he desayunado a las 16:00, he merendado algo y he cenado a las 04:30 (horas españolas). Me desperté en una habitación de un hotel fantástico y en una cama magnífica. No me quejo, pero este desorden poco a poco va sumando una carga de cansancio físico que solo se recupera durmiendo en casa y viviendo con algo de orden en el sueño. El enemigo se llama «Fatiga» y contra este hay que luchar llevando un cierto control de nuestro descanso.
Toda nuestra programación de vuelos y descansos está muy regulada por la normativa tanto internacional, como nacional y la interna propia de nuestra compañía, pero aún así el factor cansancio está presente y hay que vigilarlo como responsabilidad personal.
Llegaremos a Madrid perfectamente y unos 25 minutos antes de la hora programada, vamos a dejar la estela del huracán María muy al norte de nuestra ruta con lo que no será un factor para el vuelo y posiblemente no se mueva mucho más en lo que nos queda de viaje.
Estoy convencido que entre nosotros llevamos muchos anhelos, sueños, deseos, familias que se reúnen… he visto unos novios que vienen de su “Luna de miel”, señores que vienen a dar conferencias, y algunos profesionales que viajan tanto como yo. Nos espera una España algo revuelta, pero a mí me espera mi casa, y eso siempre, siempre es importante y gratificante.
Para mi próxima entrada en este blog seguro llegaré con las pilas recargadas y la cuenta corriente del sueño en números negros, así que espero descansen como yo y sobre todo volverles a ver pronto a bordo.
Muchas gracias.


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