Muy buenas tardes señores pasajeros. Hoy vamos hacia un destino harto conocido por todos ustedes…
Vamos a «casa», a su «casa», la de sus familiares o amigos. Todos nosotros, pasajeros y tripulación, estamos viviendo un momento muy especial ya que, sobre estas alas metálicas y a una grandísisima velocidad, estamos recorriendo un vasto océano que une dos continentes. Dos mundos tan diferentes pero tan cercanos, gracias a los vinculos que nos unen: el idioma, los valores, la religión, la historia y sobre todo la familia. Vamos hacia Iberoamérica, vamos a «casa».
Vamos a reunirnos con todos aquellos a quienes no vemos desde hace mucho tiempo y que tanto deseamos volver a abrazar. Tras nuestro aterrizaje y posterior desembarque, al salir por esa gran puerta de cristal, estarán esos besos, esos abrazos y esas lagrimas de felicidad que les esperan y con las que tantas veces han soñado.
Hoy es la vispera de Navidad… 24 de Diciembre de 2017.
Y digo «vamos a reunirnos» porque nosotros, sin ser de estas tierras, vamos allá a pasar la Navidad. Algunos de nosotros tenemos la suerte de ir acompañados con parte de los nuestros, y la tripulación es también como una pequeña familia que vivirá esta noche tan especial con gran emoción y afecto mutuo.
En todo caso, estaremos lejos del resto de nuestras familias, algunos incluso han venido solos, pero cenaremos juntos y disfrutaremos de la celebración que es el Nacimiento de Jesus: la Navidad. Y esto se nota incluso en el aire, ya que cada vez que nos despedimos de un controlador, sea del país que sea, nos deseamos una Feliz Navidad, Bon Natal o Merry Christmas… No importa el idioma.. Me llama especialmente la atención que todos los aviones y todos los controles por donde quiera que estemos volando, y a pesar de estar inmersos en este mundo que parece tan aislado, expresan su voluntad de compartir en la tierra y en el cielo la magia de la Navidad.
Hoy, al salir por esas puertas seremos testigos como siempre de esas muestras de afecto, pero hoy seran diferentes porque hoy nosotros tambien deseariamos poder recibir esos abrazos pero de los nuestros. Aunque no es asi, hoy nos ha tocado trabajar.
No nos quejamos, tan solo les transmito nuestro sentimiento, que nos recuerda el porqué elegimos este trabajo: es especial. Este vuelo es también para nosotros un poco más «único» que los otros porque, al ver sus caras en la sala de llegadas junto a sus familias, nos emociona saber que hemos contribuido con nuestro trabajo y privación familiar a hacer realidad su deseo de una «Feliz Navidad».
El vuelo sigue como siempre perfecto, hoy volamos a unos 800 Km por hora y estamos evitando las tormentas del norte para allanar el camino y que no tengan que soportar muchas turbulencias. Hace bastante frio ahi fuera, pero aqui todo vá fenomenal: los equipos funcionando al 100% correctamente, la tripulación muy animada y feliz, y los pilotos con muchas ganas de llegar y sentir en sus caras la satisfacción de volver a «casa».
Muchas gracias por volar con nosotros un año más en Navidad.


Deja un comentario