La aviación vista por un aviador

El vuelo de Vivaldi

Buenas tardes señores pasajeros y bienvenidos una vez más.

Quizás sólo lo hiciera en sueños, pero estoy seguro de que Vivaldi, en algún momento, voló por estos aires, y tuvo que vivir lo que hoy estamos disfrutando.

Bajo una fina capa de nubes que nos dan referencia visual de la velocidad a la que vamos, veo Haití a mi izquierda rodeada de aguas cristalinas y verdosas, de campos verdes y de otros áridos, de zonas lluviosas y oscuras y de algunas otras iluminadas… Algunas nubes sobre las pocas montañas de este lado de la isla y el Sol, ya superando el mediodía, que lo llena todo marcando las sombras de las tormentas que hay ante nosotros. Estamos volando hacia el centro del mar Caribe donde hay más actividad nubosa y veo delante de nosotros bastantes columnas esponjosas que dentro de unas horas nos brindarán el majestuoso espectáculo de la noche, llena de rayos y luces por doquier…

La sensación es de estar siendo espectador del poder de la naturaleza. Esa fuerza inacabable y eterna como el oleaje del mar o el Alisio de Canarias. En unas horas cuando mis compañeros regresen hacia España, vivirán, de lejos gracias a Dios, ese extraño sentimiento de protección que da el estar dentro del avión mientras ahí fuera se desata toda esa energía y fuerza de nuestro planeta.

Después de haber recorrido 7200 kms muy tranquilamente y sin ningún tipo de evento reseñable, ya que hemos venido sin prácticamente nubosidad ni turbulencia a lo largo de las últimas 8 horas, ahora empezamos con los primeros desvíos por meteorología. Todo con tal de ofrecerles el vuelo más suave y cómodo que podamos. El avión está funcionando a la perfección y ustedes van plácidamente ahí detrás disfrutando de las películas, alguna novela o siesta. Para los 2000kms que aún nos quedan por llegar seguiremos aquí delante atentos a todo y asegurándonos que toda la tecnología que nos rodea sirva para poder  cumplir nuestra misión.

El volcán Fuego está activo, pero según el último informe que acabamos de recibir desde el observatorio de Washington, la nube de cenizas se desplaza hacia el sudoeste así que no nos afectará en absoluto. Una vez estemos más cerca de Guatemala recabaremos información más actualizada, pero no tenemos porqué preocuparnos ya que el volcán lleva varios días sin cambios, así que si nosotros vamos tranquilos ustedes más todavía.

Rodeados de tanto interruptor, pantalla, números y teclas, pareciera que uno fuera muy ocupado en la gestión del vuelo. Y es cierto que lo estamos , pero no puedo evitar, de vez en cuando, pararme y mirar por la ventana para disfrutar de estas vistas.

Cuando Vivadi compuso sus “Cuatro Estaciones” tuvo que sentir esta fuerza que nosotros vemos desde este otro punto de vista que es el mirador de la ventana del avión.

¡Que gran suerte la nuestra…!

Muchas gracias y hasta la próxima

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3 respuestas a “El vuelo de Vivaldi”

  1. Hola Francisco:

    Es un gran gusto leer sus cronicas ! Uno aprende mucho sobre lo que esta pasando detras de la puerta del cockpit, y siempre con un toque de melancolia.

    En Marzo me toca viajar de Madrid – Mexico con Iberia. A ver si con suerte Vd. me lleva alli ! 🙂

    Saludos.

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    1. Siento que a México no mandan al avión que yo vuelo, pero será un placer saberlo entre nuestras alas. Saludos y buen vuelo.

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    2. Muchas gracias antes de nada, y le informo que desgraciadamente no creo que vuele conmigo ya que MEX es un destino del A-346, pero quien sabe si cuando empiece el A-350 coincidamos. Por ahora solo el A-330. Saludos.

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