Muy buenos días,
Casi llegando al meridiano 40 Oeste es cuando, según nuestros datos y previsiones, se va a empezar a mover bastante. Quizás sea así o no, la realidad es que estamos atentos a cualquier movimiento del avión y toda precaución es poca para salvaguardar la comodidad de todos ustedes.
Llevamos tan solo 4 horas de vuelo y estamos a la mitad del recorrido pues venimos disfrutando de una de esas noches en que los vientos nos empujan hacia Europa con mucha intensidad: la media del viento en cola para hoy es de unos 120 Km por hora. A pesar de salir tarde por la demora del vuelo anterior, vamos a llegar antes de hora.
El avión está funcionando a la perfección y ustedes, ajenos a todo, esto están ahí detrás tranquilamente descansando, durmiendo o viendo alguna película. Y de eso se trata: nosotros cuidamos de su descanso y comodidad a lo largo de estas largas travesías transatlánticas. Puede sonar cursi pero en el fondo es lo que es.
New York nos ha autorizado a subir a nivel de vuelo 390. Casi 12 kms sobre el nivel del mar en crucero manteniendo unos 1001 kms por hora. No se mueve y en la oscuridad de la noche, pareciera que estamos flotando sin avanzar.
Lejos, muy lejos en la distancia y oscuridad del océano, empieza levemente a vislumbrarse la línea del horizonte. No abarca todo su diámetro, pero empieza a amanecer. Un nuevo día comienza ya para nosotros.
En Madrid ya deben de estar desayunando las familias, otros haciendo deporte, la mayoría duerme y algunos llegando de la fiesta del sábado noche. Pero a la vez hay cientos de personas que están trabajando, despiertos y haciendo muchas y variadas cosas para que la vida siga para todos.
Amanecen los ocres mezclados con los tonos azules y violetas que se difuminan hacia el oscuro azul de la noche que va quedando detrás de nosotros. Sigue la Tierra girando incesantemente, sin descanso. Leo los periódicos y mientras contemplo este espectáculo, pienso que por mucho que ocurra ahí abajo, por mucho que los egos y las personalidades se enaltezcan y se debata por todo, por mucho que se discuta, se cambie de opinión y ondeen unas u otras banderas, por mucho que pase … siempre amanece por el Este…
Estamos probando una nueva herramienta que cuando concluya este período de prueba será dotación común para todos nosotros ya que su fin es facilitar el acceso a toda la documentación disponible en todo momento. Es una nueva tableta muy potente que conectada al Wifi del avión nos mantendrá, por ejemplo, conectados a las fuentes de información meteorológicas constantemente. Igualmente nos agilizará mucho los cálculos de perfomances del avión tanto en operación normal, como cuando las cosas se compliquen un poco o mucho. Gracias a Dios esto lo practicamos con mucha frecuencia pero no es necesario aplicarlo en la realidad nunca.
Esta tableta va conectada al avión y se comunican entre ellos, de tal manera que nosotros podremos interactuar con los cálculos de manera mucho más exacta para optimizar los vuelos y las rutas. Nos dará sobre un mapa la posición exacta del avión, incluso cuando estemos en tierra rodando por los aeropuertos del mundo, siendo esta la parte más complicada de nuestro trabajo. Algún día hablaré sobre los rodajes.
Aparte de la tableta, como novedad hoy vamos dos comandantes a bordo ya que a lo largo de esta línea, me toca la inspección anual. Esto consiste básicamente en un examen práctico que solo tiene dos notas posibles: o pasas o no. Lo mismo ocurre con el examen médico anual: o lo pasamos o no. Nuestro trabajo, nuestro futuro y el de nuestras familias está siempre bajo escrutinio y esto no suele ocurrir en otras profesiones.
Llegaremos, como les decía, antes de hora, estamos ahorrando unos 800 kgs de combustible y en Madrid nos espera un Domingo plomizo y gris de finales de invierno, con vientos fuertes del oeste, así que es posible que la aproximación y aterrizaje sean algo moviditos, pero como ya me van conociendo, sacaremos todos los trucos que tenemos para evitar esta incomodidad y dejarles un buen sabor de boca al salir del avión.
Muchas gracia una vez más por usar nuestras alas, y espero volveré a verles de nuevo, en otro amanecer.


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