La aviación vista por un aviador

¿ Quien dijo miedo ?

Buenas noches señores pasajeros.

Esta noche me dirijo a uno de ustedes, tan solo a uno de ustedes y esa persona sabe sabe quien es.

Hoy cuando estaban en la terminal, fueron informados del retraso con que hoy comenzaríamos nuestro vuelo y las razones del porqué. Parece ser que el avión no estaba listo para el vuelo y mantenimiento lo estaba tratando. Efectivamente, cuando la tripulación llego igualmente recibió tal noticia.

Al recibir una noticia de este tipo, tanto usted como yo sabemos que se le cerró la boca del estomago y los sudores fríos con los que ya llegaba al aeropuerto, se incrementaron. Su sensación de desazón y descontrol fue a peor. Siempre que tiene que volar usted lo toma como una “obligacion”.

No le gusta volar, la sensación de estar en este “tubo metálico”, el agobio de tantas caras desconocidas, tantas preguntas que le asaltan la cabeza… Siempre mirando la cara de las azafatas en búsqueda de respuestas o alertas ante “supuestos”. ¿ Y si… ?

Usted lo pasa mal, no sabe si es miedo o pánico, pero desde luego es algo que no controla, y en el fondo le controla a usted. Con los años, y el peso de esas obligaciones, ha acabado por adoptar un método que por ahora le va funcionado. No es que consiga no tener miedo, tan solo ha conseguido racionalizar la sensación, y dándose sus propios razonamientos y respuestas consigue evitar el estado de pánico extremo manteniendo un equilibrio entre la tensión, la confianza ciega en el sistema y sus respuestas.

Hoy ha sido festivo, y las cosas van un poco más lentas de lo normal. Nuestro avión llegó esta mañana de Medellín y tenía programada una tanda importante de reparaciones rutinarias. Algo parecido a como cuando usted lleva el coche al taller para la revisión de los 30.000 kms. Tuvieron que cambiarle muchos filtros, reparar una cafetera, reponer niveles de aceites, actualizar software y cambiar un par de ruedas. Todas estas reparaciones se hacen siguiendo un estricto orden y forma que está escrito, así que nada se deja detrás. Como estuvieron abriendo motores, el fabricante manda que tras estas labores se haga una prueba de motores, con lo que hay que llevar al avión a una zona del aeropuerto determinada donde evitando daños a terceros y ruidos, los técnicos pueden arrancar y probar los motores.

Estas labores finalmente son firmadas, por el visto bueno de un ingeniero aeronáutico que nos entrega el avión listo para el vuelo. Y así fue, pero el avión no estaba listo para ustedes, ya que estaba muy sucio y faltaba combustible, comidas, su equipaje y todo la mayordomía de un vuelo de 10 horas y 25 minutos como el nuestro.

Igual que usted, la tripulación también esperó ansiosamente. ¿ Ansiosamente ?

Pues si, ya que si para usted estos contratiempos suponen un aumento en la alerta y la vigilancia o control de sus miedos, para nosotros supone que llegaremos tarde a São Paulo y el tráfico a esas horas de la mañana es terrible, supone que quizás no lleguemos a tiempo para disfrutar del desayuno en el hotel, supone un gran malestar al saber que no estamos dando el servicio prometido, supone que quizás los compañeros que están allí regresen tarde a España en el vuelo de regreso. Para nosotros también supone un trastorno, pero de otro tipo.

Finalmente, como puede ver, aquí vamos sin ningún problema en absoluto, disfrutando de una noche preciosa en la que ya hemos cruzado el Atlántico y gracias a la ruta elegida, no hemos tenido ningún problema con el Frente Intertropical, las ciudades brasileñas van pasando bajo nuestras alas, y lo mejor de todos: estamos recuperando parte del tiempo perdido en tierra.

Vamos a llegar a un amanecer espléndido en un aeropuerto rodeado de montañas verdes y una ciudad inmensa como es Guarulhos, con algo de bruma y una fresca mañana de unos 10°C que irán mejorando hacia los 20° a lo largo del día.

Nuestro avión regresará a Madrid sin mayor contratiempo y todos nosotros disfrutaremos de un día estupendo.

El miedo es bueno, es sano temer para protegernos y evitar las malas situaciones, pero no por ser tan extremadamente cautelosos nos vamos a perder experiencias tan maravillosas como el surcar los mares del cielo “entre el uno y el otro confín”.

Buenas noches a todos, gracias por una vez más volar con nuestras alas y espero volver a verles pronto a bordo.

Francisco Juan

López Medina

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4 respuestas a “¿ Quien dijo miedo ?”

  1. Pienso en la soledad de los pilotos de largo recorrido, en interminables horas de conversación, ¿de que hablarán? De la experiencia acumulada, de sitios visitados, de la familia, de la empresa, de La Bolsa, de aventuras. ¿Y del miedo? Tienen miedo? Ahora observo el vuelo Quantas 64 Boeing 747 ruta Johanesburgo-Sidney, hace una elipse al sur del Índico casi bordeando la Antártida, pero en esa zona es que no hay un avión en mil kms. Y pienso en un fallo en esa latitudes, no hay cierto temor a la soledad?

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    1. Buenas noches, estamos entre dos desde muy temprano en nuestra formación a no tener miedo: lo controlamos. Vivimos buscando romper el equilibrio entre riesgo y seguridad para que la balanza se caiga hacia la seguridad.
      Vivimos con el riesgo, lo tenemos controlado hasta un margen que consideramos aceptable.
      Ese margen impide el que tengamos miedo, el miedo incontrolable y de origen desconocido. Siempre estamos controlando nuestro entorno para evitar perder ese margen. Saludos.

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  2. Espero algún día Volar con usted… Debe ser un verdadero placer!!
    Madayt

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    1. Eso espero también. Saludos.

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