Buenas noches señores pasajeros.
Hace unos minutos amaneció la Luna lentamente, apareciendo como una fina línea rojiza en un horizonte que se vislumbra en la oscuridad de la noche Atlántica cuando son las dos de la madrugada en Madrid.
Ahora, justo frente a nosotros, brilla de color blanco un cuarto menguante, y pareciera que vamos hacia él como un cohete de la NASA, pero no… nosotros vamos a Madrid, para disfrutar del final de verano y el comienzo de Septiembre con la vuelta a la vida de los colegios, trabajos y el devenir cotidiano de las ciudades.
Me preguntaban hace unos días por las cosas raras que he visto aquí arriba, y lo cierto es que lo más extraño que he visto nunca ha sido el amanecer de la Luna… nos suele sorprender a horas extrañas y siempre desde la oscuridad más absoluta. Aparece en algún lugar y, si hay nubes por el medio, lo hace a veces con alguna forma rara que nos puede sorprender por un momento.
Lo de verdad raro no está fuera del avión.
Las cosas especiales y raras se dan aquí dentro del fuselaje. Hay un porcentaje muy bajo de la población voladora que siempre hace algo diferente. Hoy llevamos a uno que se ha puesto violento con una de las azafatas, muy violento. Ya le hemos dado solución.
También viene otro grupito pequeño de adolescentes que han embarcado con ganas de fiesta y hemos tenido que restringirles el consumo de alcohol. Por otro lado hay una pareja que debe tener algún tipo de diferencias y ella le recrimina a él algo, pero lo hace a gritos. Están sentados en clase preferente del avión, y el resto de clientes que comparten con ellos esta parte de la cabina están muy molestos, pero a ella le da igual. Al llamarles la atención, el marido, asiente y pone cara de circunstancia como diciendo “que ella es así”.
Hace unas semanas tuvimos que bajar del avión a un señor que iba muy borracho, demasiado para aguantarlo – pasaje y tripulación – durante 10 horas de vuelo. Recuerdo una vez en que tuve que llamar a la Guardia Civil para que bajara del avión a los lideres de un motín que armaron una buena tangana en tierra antes del despegue.
También recuerdo a un señor que regresaba a España para ver a sus nietos y decía que llevaba volando con nosotros toda su vida. Teniendo en cuenta que tenia 102 años, eso significa que sus primeros vuelos coincidieron con los inicios de nuestra querida aerolínea.
Situaciones raras, a veces incómodas o desagradables, y a veces muy simpáticas. Forma parte de este trabajo en el que día tras días tratamos con personas, cientos de personas y de cualquier parte del planeta con sus peculiaridades. Con los años y observando a mis mayores, creo haber aprendido a ver toda la operación como un conjunto global, y esto ayuda a solventar estas situaciones sacando lo mejor de ellas y dando salida a las necesidades de todos a bordo.
Nuestra Luna ahí está, fiel como cada noche, señalándonos el camino a casa. No hay nubes hoy , estaban todas en el Caribe y ya quedaron bien atrás. Tuvimos que estar un buen rato sorteando las cabezas de los cumulonimbos y las tormentas. Pero ya no quedan más que unas 3 horas para llegar a una mañana fresca que nos abre la puerta a un día estupendo, despejado y con unas máximas de 34ºC.
Muchas gracias por volar hoy con nosotros. Espero volver a verles de nuevo en nuestro próximo vuelo.


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