Buenas noches señores pasajeros,

Una noche más vamos de camino a Madrid regresando desde el Caribe. Podríamos decir que es una noche más, pero no del todo. Estamos terminando el verano en el hemisferio norte y es época de tormentas tropicales y huracanes.

Hoy no estamos solos, somos muchos aviones cruzando el océano y, además, se siente la presencia lejana de no uno, ni dos, sino de tres huracanes activos y muy violentos.

Aún están sobre el agua y no hay daños que lamentar, pero su mera existencia es una amenaza para todos. Afortunadamente hoy en día tenemos satélites que están en constante alerta y vigilancia de estos fenómenos. Sabemos por dónde andan y su diámetro, al igual que tenemos simuladores que pueden darnos una idea más o menos exacta de hacia dónde se dirigen.

Se suelen mover muy lentamente pero su dirección suele ser constante y, cuando llegan a tierra, es cuando se ven las consecuencias de su poder y fuerza.  Básicamente un huracán es una tormenta grande y con forma vertical que nace en los desiertos de Malí, Níger y el Sahara. Se desplazan hacia el Oeste y al entrar en contacto con el océano, que está cálido, la nube se va cargando poco a poco de humedad. Según crece y se calienta, asciende, dejando un vacío en su parte baja que se llena de nueva humedad. Cuando todo este agua evaporada llega a capas más altas de la atmósfera cae en forma de gotas de agua. Y así el ciclo vuelve a empezar.

Pero con tanto combustible como hay en el mar para alimentar a este motor atmosférico, llega un momento en que toda esa masa en movimiento hacia arriba y abajo, crea una corriente circular que da a la nube esa forma característica del huracán.

Una vez que tocan tierra empiezan a debilitarse ya que no tiene humedad por debajo que los alimente. Pero es ahí cuando empiezan a hacer daño al arrasar con todo.

Estamos a punto de cruzar el meridiano 50 Oeste y llevamos casi tres horas de vuelo. Nos quedan como cinco más para llegar, y a pesar de nuestro gran esfuerzo por evitarlo,  el Atlántico entero está bastante revuelto por la influencia de esos tres huracanes así que inevitablemente hoy no podremos ofrecerles un vuelo completamente sin turbulencias, que es lo que deseamos siempre, o por lo menos minimizarlas.

Hemos cargado algo más de combustible en previsión de los desvíos a lo largo del vuelo para evitar las nubes, así que no hay mayor problema en estos momentos que el incomodo meneo que no agrada a nadie.

De cualquier manera estamos dejando al huracán más cercano a una distancia de más de 700 kms cuando hemos pasado en sus inmediaciones. Los otros dos están muy lejos en el sur y no los vamos a sentir directamente.

Por lo demás este es un vuelo en el que estamos cumpliendo con todo lo planeado y ustedes están informados de lo que vamos haciendo para su tranquilidad y calma.

Llegaremos a Madrid sin problema y en hora a pesar de los desvíos, así que aquellos de ustedes que continúan en vuelos de conexión no debieran tener ningún problema en alcanzar la puerta de su siguiente vuelo.

Muchas gracias por su calma y paciencia conmigo esta noche. Espero volver a verles de nuevo pronto.