Muy buenas noches señores pasajeros.

Hoy es una noche mágica por muchos factores: estamos regresando hacia Madrid desde lo que se conoce como el Oriente Próximo,  donde hay una mezcla de culturas sorprendente. Colores, caras, gestos y texturas se mezclan en una ciudad en el desierto y al borde del mar.

Muy cerca de esta zona está Jerusalén con todo lo que supone para la Historia de esta mitad del planeta. Los nombres de las zonas de control son muy famosos: Jeddah, Cairo, Tel Aviv, Bahrain, etc..  Cerquita está Irán, Teherán, Kabul, Karachi, etc.. Los acentos, son dentro de un mismo toque arábigo, son diferentes.

Es una pena que sea de noche, pero hay una Luna llena que lo ilumina todo con ese brillo azulado metálico que le da una magia tan especial. Al mirar por encima de mi hombro veo la punta del ala iluminada, dentro de la cabina veo mis rodillas también iluminadas por la Luna. Apagando un poco la iluminación de la cabina y dejando que mis pupilas se dilaten, veo esta gran ciudad que aún no conozco: El Cairo. Es inmensa, vasta y tiene algunas zonas no iluminadas que imagino deben ser áreas montañosas o pantanosas. Los meandros y el devenir del Nilo se intuye como una gran serpiente negra que cruza el mar de luces que forma la cuidad. Están las pirámides, y miles de restos arquitectónicos que nos ha dejado el pasado para nuestro deleite y aprendizaje.

Un poco más adelante y ya estamos sobre Alejandría. Ese puerto lleno de barcos esperando su turno para entrar. Aquí hubo una biblioteca famosa… En breve pasaremos cerca de Grecia, Túnez, Argelia, el sur de Sicilia, Malta y finalmente la Península Ibérica por Valencia, Castejón y finalmente Madrid.

Miles de kilómetros recorridos en unas breves horas y en cambio miles de años, millones de páginas escritas de la historia de la humanidad en estas tierras. Siempre que sobrevolamos zonas así me pregunto sobre todo lo que estas tierras han de haber visto en su existencia, la de sucesos vividos por sus habitantes y mientras tanto nosotros en este pequeño episodio vital sobrevolándolo todo a gran velocidad.

Hoy tardaremos una hora y media más que ayer ya que el viento, que ayer nos empujaba, hoy nos frena. Son casi 260 kms/h en cara y por ahora no parece que reduzca la intensidad. Aún así, llegaremos a Madrid en hora y ya hemos pasado la zona donde se encontraba la turbulencia pronosticada. Estamos ahorrando algo de combustible y los tiempos se mantienen.

No sé si será por los cambios vividos últimamente ya que vienen ustedes de  estar unas semanas a bordo de un barco, o por la Luna, pero hemos tenido ya dos pasajeros muy mareados a bordo en lo que llevamos de vuelo. Gracias a Dios todo se ha arreglado con unos refrescos pues parece ser han sido bajadas de azúcar. No es una zona donde me agradaría tener que descender a buscar un aeropuerto con hospital y tener que dejar a ninguno de ustedes, así que seguimos hacia España.

Hace un rato también notamos que una parte del avión estaba sufriendo unos cambios de temperatura muy fuertes. Hemos estado vigilando las temperaturas de las diferentes zonas del avión y le hicimos un RESET a la computadora que las regula. Parece que hemos recuperado el control y ya están mucho más estables. Ahora rellenaremos el informe para que los compañeros de mantenimiento hagan un seguimiento y encuentren el sensor que parece estar dando problemas.

Se acerca la Navidad y con esta Luna magnífica pareciera que llevamos hacia el Oeste todo lo que en breve llegará a nuestros hogares, o por lo menos estamos haciendo el mismo camino.

Recién autorizados a subir otros dos mil pies ya alcanzamos nivel 380 y ver el Mediterráneo desde 11 km y medio desde arriba es fantástico. Parece que el viento en cara reduce un poco su intensidad y según nuestros cálculos llegaremos unos minutos antes, aunque llegando a las 5 y media de la mañana al aeropuerto dudo que tengamos problemas para ser atendidos rápidamente porque seremos los únicos a esas horas.

Y ahora les dejo descansar, aún nos quedan unas 4 horas para llegar  y no quiero incomodarles con mis palabras. Hará bastante más frío que en Dubái, así que prepárense para llegar a una ciudad con niebla, poco viento y las temperaturas rondando los 5 grados solamente.

Muchas gracias por volar con nosotros una vez más, descansen, hasta nuestro próximo vuelo, y … ¡Feliz Navidad!