Buenas tardes señores pasajeros.
Todos los días nos ponemos algunas metas, retos u objetivos que alcanzar a lo largo de las 24 horas de ese día.
Pero entre todos estos objetivos, siempre hay alguno importante, hay cierta priorización entre ellos, de tal manera que si hay algunas cosas que podríamos dejar para mañana, otras no tanto.
… Ya se acerca…
Hoy se nos planteaba una jornada normal, con otro cruce del Atlántico más bajo nuestras alas. Dentro de lo extraordinario que es la cuestión del vuelo, estos nuestros son muy especiales, no solo por los tiempos a bordo, sino por las vastas distancias que recorremos, los pueblos que unimos y la cantidad tan grande de historias que llevamos a bordo y ayudamos a escribir.
…Estamos casi encima…
Como decía, nuestra labor es extraordinaria, aunque la rutina y los años hacen que vivamos en esta anormal normalidad. De cualquier manera, al igual que todos, cada día nos enfrentamos a metas de esas de las que les hablaba antes, no solo porque es humano y necesario para mantener la chispa de la vida, sino también porque este trabajo nos sitúa frente a situaciones bastante especiales.
… Y ya está aquí…
Hoy al preparar el vuelo, entre toda la información que nos llegó, vimos una zona al salir de la Península Ibérica en la que inevitablemente vamos a padecer turbulencia ¡y con letras mayúsculas!.
Ufff, ¡que incómodo!. La ruta nos lleva a través de esta zona con 90º, así que la cruzaremos bastante rápido, pero es inevitable ya que de otra manera alargaríamos demasiado la duración del vuelo. Hemos reducido la velocidad del avión porque sé lo mucho que se siente en la cabina del pasaje y lo mal que muchos de ustedes lo pasan. Les prometo que no hay otra manera de cruzar esto y en breve estaremos fuera.
Hemos recibido del control un “SIGMET” (un aviso de meteorología significativa ) en el que nos dan las coordenadas actualizadas de la zona afectada por la turbulencia , la hemos pintado en el mapa y la tableta y, como les dije después del despegue, en cosa de 10 minutos esto se acaba.
En breve tendremos a Lajes a nuestra izquierda y de allí casi en línea recta hacia Puerto Rico. El Atlántico está nuboso por aquí, pero entre la fina capa de nubes que nos rodea se ve la superficie del agua y está bastante llena de manchas blancas. Mal día para navegar por aquí.
Avisamos a control que incrementamos a nuestra velocidad de crucero normal, apagamos la luz de cinturones y nos relajamos un poco. Ha pasado lo peor y ya estamos en aire claro. No se mueve nada y casi siento su calma ahí detrás en sus asientos.
Parece que mi meta para hoy la he superado. No con todo el éxito que me gustaría, pero superada a fin de cuentas.
34 mil pies, 80% la velocidad del sonido y unos 900 kms por hora sobre el suelo. Vamos consumiendo 100 kgs por minuto, y los motores van dando un 94% de su potencia máxima a esta altitud. Datos, muchos datos y el principal para mi es su nivel de tranquilidad ahora mismo. ¿Cual será? Espero que alto, así que me voy a dar una vuelta por el avión para ver sus caras.
La gran mayoría va viendo alguna película, leyendo o durmiendo. Algunos charlan animadamente mientras otros descansan tranquilamente. Son ustedes unos clientes excelentes.
Nos quedan unas 8 horas y media de vuelo y ya no se moverá más.
Muchas gracias y espero volver a verles pronto.


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