Muy buenas noches señores pasajeros.

Una noche más aquí estamos, entrando en el Atlántico desde Barranquilla en las verdes tierras Colombianas. Ahí debajo llueve y fuertemente, ya que la tormenta que estamos evitando, tiene mucha actividad eléctrica y pareciera que rodeamos los fuegos artificiales de Fin de Año. Cuando despegamos de Panamá ya sabíamos que nos esperaba una zona de turbulencia fuerte durante un par de horas, lo que no nos esperábamos es que esa zona desapareciera o se desplazara de manera que no nos afectase. Hay noches en que la suerte nos acompaña y sorprende.​

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Hemos cargado 61300 kilos de combustible para un vuelo completo de pasajeros y casi 4 toneladas de piñas frescas como carga especial. Ahora mismo nos empuja un viento de unos 150km/h y eso hace que lleguemos a Madrid casi media hora antes de lo programado y eso siempre se agradece. Podría parecer que éste es un vuelo más, rutinario para nosotros los aviadores. Pero no lo es.​

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Hoy es un vuelo de regreso a Madrid cuando el planeta entero lleva viviendo unas semanas de locura y desasosiego por la pandemia resultante de la extensión​ a nivel global, de una enfermedad nueva. Una gripe está sacudiendo los cimientos de la comodidad, de una realidad a la que estamos acostumbrados todos. Esta tarde veía en todas las cadenas de televisión como Panamá declaraba el estado de Emergencia, España comunicaba que lo hará mañana, USA también lo hace hoy. Da la impresión de que el mundo tal cual lo conocemos se acaba. ​

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No creo que sea esto algo parecido al 11-S, pero desde luego muchas cosas cambiarán a partir de ahora. Las grandes aerolíneas del mundo se están viendo severamente afectadas por esta pandemia, y sus consecuencias económicas son incalculables. Muchas han dejado de operar en mayor o menor medida, en la nuestra se nos ha comunicado que nos espera en breve un expediente de regulación de empleo temporal. Tendremos que acomodarnos a esta nueva situación por el bien de todos los empleados y la propia supervivencia de la compañía. Es algo que ya vivimos hace muchos años y no es realmente «nuevo» para los más antiguos del escalafón, para los más modernos es todo una sorpresa y asombro.​

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Los países están cerrando sus fronteras a vuelos procedentes de España y de otras naciones, o directamente a todos durante unas semanas o incluso, por un mes para empezar. Nuestra industria se ve my afectada por estas medidas y obviamente esto ya está teniendo sus consecuencias. Por ejemplo: hoy ustedes son los últimos pasajeros que volarán desde Panamá a España en una temporada, y eso significa separar muchas familias, amigos y negocios. No es sencillo ni fácil.​

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Desde hace ya unos días entre vuelo y vuelo hay un grupo especial de personas que limpian el avión con unos productos especiales para evitar la propagación del virus. Llevamos un botiquín a bordo especial por si aparece un pasajero que desarrolla los síntomas en vuelo. A nosotros nos tienen confinados en los hoteles sin salir y en las mismas plantas para tenernos controlados y cerca en caso de tener que actuar para protegernos ante un brote entre la tripulación. Hoy,  antes de salir del hotel hacia el aeropuerto, me han llamado desde el Ministerio de Sanidad panameño para hacerme unas preguntas sobre el estado de salud de los miembros de la tripulación. Una vez allí nos han medido la temperatura una vez más. ​

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En general, estamos en el punto de mira de todos ya que somos unos grandes facilitadores de la propagación de la enfermedad, pero lo cierto es que las recomendaciones de la OMS son que sigamos con nuestras vidas siempre y cuando no presentemos síntomas. Espero que ninguno de ustedes los tenga, aunque veo que muchos llevan mascaras de protección. No sé qué pensar al respecto, o no quiero pensar mucho al respecto. Quizás éste sea nuestro último vuelo en una temporada lo que lo convierte en algo muy especial.​

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Una vez más voy sentado a la derecha capacitando a un compañero comandante que me ha sorprendido por lo mucho que sabe y porque me ha hecho muchísimas preguntas, algunas de las cuales no sabía como contestar ya que eran muy rebuscadas, así que acabamos buscando las respuestas en la documentación que llevamos en las tabletas a bordo. Está siendo una línea muy intensa en ese sentido. ​

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Siendo este el vuelo de regreso, me ha tocado a mí el hacer de piloto al mando y soy yo el que ha despegado y aterrizará en Madrid. Y siendo éste posiblemente mi último vuelo en una temporada, me alegra ser yo el que lo haga y así me voy con buen sabor de boca. Ojalá me equivoque y mi siguiente vuelo programado no se cancele.Muchos de mis compañeros están recibiendo emails de la empresa con la noticia de sus cancelaciones… y no quiero pensar en todos esos pasajeros que reciben ese mismo mensaje cuando tenían planeados viajes tan largos y costosos al otro lado del mundo.​

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San Juan de Puerto Rico acaba de darnos la autorización oceánica para el cruce de esta noche y de lejos se ven las luces de la isla de Saint Croix que posiblemente sean las últimas luces que veamos hasta que amanezca mañana, ya cerca de la costa portuguesa. No nos movemos y se agradece. Tranquilidad a pesar de todo.​

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Hay miles y miles de kilómetros entre grandes ciudades, y nosotros junto a ustedes, siempre los recorremos uniendo las esquinas más recónditas del planeta con Madrid y viceversa. Para eso nos preparamos y es lo que más feliz nos hace, pero ahora parece que estamos rondando un mal que nos puede hacer la vida más incómoda, pero el mensaje es que esta es una situación temporal que debemos aprovechar para disfrutar de ese tiempo libre extra.​

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Muchas gracias por elegirnos una vez más, disfruten del vuelo y hasta dentro de muy poco. 

Gracias