Muy buenas tardes señores pasajeros.
Una vez más seguimos esperando que nos autoricen a proceder con nuestro vuelo. La espera se está haciendo dura unas veces y aburrida otras, pero desde luego que ninguno de nosotros pierde el ánimo para volver a completar nuestro siguiente vuelo a ese destino que siempre eligen ustedes.
Hoy me parece que es una muy buena ocasión para compartirles un hecho que resume el fin de estas palabras. Como bien saben estas cartas al pasajero empezaron cuando una persona que pasaba mucho miedo a volar me invitó a que escribiera mi visión de la vida allá arriba, ya que esas palabras le ayudaban mucho a superar el miedo, incluso a veces pánico, a volar.
Hoy antes de salir hacia el aeropuerto he recibido de mano del cartero un sobre de una persona que conozco desde hace tan solo unos meses y que, tal como aquella persona que me invitó a comenzar con estos escrito, pasaba mucho miedo al volar a pesar que por su labor profesional debía trasladarse a sitios lejanos varias veces en la semana y normalmente en avión.
A continuación me permito la licencia de compartir sus palabras porque creo que son fiel testigo de que al miedo se le puede vencer:
“Buenos días, son las ocho de la mañana y me enfrento a un viernes más , estamos a las puertas de otro fin de semana ilusionante, familia, campo, autocaravana, pero antes me toca una mañana desenfrenada de reuniones con mi equipo, para ver resultados de la semana y programar las siguientes, y por último, y lo más importante, mi programación del mes de Febrero , abro mi Outlook y veo que en la primera semana tengo reuniones con los equipos de producción de Primavera Sound, 080 fashion week y MYBA. Me toca Barcelona si o si y el resto del mes, por agenda Coruña, Granada y finalmente Oporto. A Barcelona, aunque podría utilizar el AVE, tengo que seguir volando, tengo que superarlo, el tren es muy cómodo, pero no me aporta nada, y en el resto de destinos por una cuestión de tiempo serán en avión. Así que hago mi solicitud de aviones y hoteles.
Ahí es donde experimento mi primer cambio, he hecho la solicitud, sin especificar ni vuelo, ni hora. No tengo esa ansiedad habitual en mí, de hecho no vuelvo a conectar con ello hasta última hora de la mañana, recibo el correo con la confirmación de billetes y reservas de hotel, antes no me hubiera ido de fin de semana, sin haber confirmado el vuelo, el asiento y haberme dado un paseíto por el flightradar24, para comprobar anteriores vuelos, modelos de avión, y orientaciones de despegues y aterrizajes. Y ahora he pegado un carpetazo, y me he ido más ancho que largo.
Hasta el momento de la desconexión del mundo, ese espacio vital que todos necesitamos y los cuales aprovecho para leer, escuchar música y buscar en internet. Y me conecto con un párrafo, que he grabado en mi mente a fuego, y fundamental en todo este proceso de cambio.
“BUSCA RESPUESTAS A TUS PREGUNTAS, PERO INTENTA QUE NO SEA DESDE EL PÁNICO O EL MIEDO, BUSCA INFORMACIÓN PARA FORMARTE Y SUPLIR ESA CURIOSIDAD QUE EN EL FONDO TIENES PARA COMPRENDER EL PORQUÉ DE LAS COSAS QUE NO TIENES BAJO TU CONTROL” (Paco López).
Busco en internet todos los datos técnicos que puedo, y empiezo por el principio físico que hacen que suban estas bestias y se mantengan en el aire, para qué sirven todo este tipo de maniobras que se realizan. También cae en mis manos, una entrevista de un jefe de mantenimiento explicando el procedimiento tan exhaustivo al que someten los aviones, después de casi dos horas de lectura y asimilando información, necesito hacer una pausa y poner toda esa información en orden en mi disco duro, y decido organizármela por partes.
El despegue y la subida, por una parte, el vuelo y el descenso y aproximación por otra. En el despegue, fase que hasta ahora me causaba pavor, van a poner los motores a tope, nos vamos a pegar una carrera, y ese momento de incertidumbre que es el momento rótate y que pueden ser diez segundos de tensión??? , en todo el tiempo que llevo volando tan sólo he tenido un problema, la subida, el crucero y la bajada dependiendo de la meteorología se va a mover más o menos, pero el avión está preparado para eso y para más, y el piloto tiene esa información previa, y está entrenado para salir del problema, no puedo pretender que un bicho de esas dimensiones y peso no se mueva, automáticamente me viene al recuerdo el movimiento del AVE en cualquiera de mis viajes, Y respecto al fallo motor: en los treinta y tres años que llevas conduciendo, ¿Cuántas veces se te ha parado el motor? Una… aquel Peugeot 405 con más años que el sol, que se le rompió un manguito y por temperatura tuviste que parar. Así que…. Con el mantenimiento y la revisión a la que someten a estos aparatos la probabilidad es muy pequeña, por no decir cero, y en el caso que se pare, hay un segundo motor que sería capaz seguir el vuelo y buscar un aeropuerto para poder aterrizar.
Y Si paran los dos……. Pues es que eres gafe y tío te vas a morir por gafe, además has tardado casi quince años, en darle cuenta que aquella frase de “Si se paran lo motores esto cae del tirón, si un Madrid –Jerez con el enterado de turno sentado en el asiento de atrás y hablando a voces. Como decimos en mi tierra un malaje. Y además te pasas leyendo la vida en twitter las anécdotas de los que saben de esto, ¿porqué no le das un margen de confianza al piloto y a su equipo?
Antes de acostarme, sería la una de la madrugada, una última conexión al Flightradar24, y lo primero que pensé, si cada puntito amarillo es un avión volando, y el tuyo se estrella, tío es que te ha llegado la hora, te tenías que morir, es más fácil que te toque la lotería que te mates en un avión.
Mi desconexión después de todo esto, fue tal que el lunes después de una reunión laarga, por primera vez en todo el tiempo que llevo volando, el que me avisó fue el móvil, tienes que hacer el check-in, no miré ni asiento, ni posición, pero quería que fuera ventanilla, y así fue 17A, fue cuando me di cuenta que era un A-330.
Por la noche preparé mi trolley y otro dato a destacar, había pedido el taxi, y no había hecho ningún calculo, el embarque empezaba a las 6,30 y llegué a la T2 a las 6,25 pasé el fast track y me puse en mi fila, el paseo por el finger fue un puro trámite, salude a la tripulación y ocupé mi sitio, estos embarques son largos y aproveché para escuchar música de Dire straits, mi mensaje de WhatsApp “ Amor, estoy embarcado, desconecto que nos vamos, te quiero mucho.” Y acto seguido por la megafonía del avión, el mensaje de cerramos puertas, y armamos rampas” ¿Qué pasa, ya nos vamos??? Se me había pasado volado, que estaba pasando, lo que antes era un calvario……ahora era tranquilidad y relajación, no me estaba enterando de nada, el avión ya estaba paralelo a la terminal y empezábamos el paseo, y la tripulación empezaba con las indicaciones de seguridad, que aunque, me las sé de memoria, por respeto a ellos siempre presto atención.
Empecé a mirar por la ventanilla y estaban sacando flaps y probando motores, esta vez la rodadura fue diferente, se me pasó rápido, ya estaban encendidas las luces de emergencia, y las TCPS sentadas en su sitio, con su cara habitual de amabilidad, y esa postura correcta que debe rozar la incomodidad, estamos pasando la T4S, y mi vista se quedó fija en un A-350 de Iberia,….. ¿cuando podré probarlo?, acto seguido pensé vamos de cabeza a la 36 R y justo… el copiloto avisando a la tripulación que entrabamos en pista para despegue, fue un segundo…. Iba a ponerme los airpods y pensé, la música la puedes escuchar en cualquier momento, escucha el espectáculo de esos dos motores rugiendo, disfrútalos , carrera por la pista, V1 rotate y al aire, indescriptible la sensación de escuchar los motores, mirar hacia mi izquierda y ver el horizonte desde la diagonal , y esa subida…… whaoo.
Iba como loco miraba hacia todos lados, mi compañera de la derecha, sudamericana que venía de escala, me miraba como a un loco , como me podía haber estado perdiendo yo este espectáculo hasta ahora, era increíble, no me había dado cuenta que hacía aire, y el avión parecía que estuviera subiendo una escalera, pero me dio igual, eran baches, se apagaron la luces de salida de emergencia, señal de cinturones, y noté que bajaba el ruido de los motores, no paraba de mirar el motor, pero esta vez para ver el espectáculo, de cómo recogían flaps, y mirar hacia abajo, que sensación de libertad, ya estaba amaneciendo y aunque me había puesto en el sitio contrario, el espectáculo a través del avión era impresionante, ver como entraban los rayos de sol por las ventanilla. Me puse música de Enya y cuando me di cuenta estaba viendo Monserrat, ohhh!!! No podía ser, en breve esto se acaba, no sé cuántas fotos había hecho, qué pensarían los de al lado, me da igual, este momento es para disfrutarlo!! Estaba viendo las grúas del puerto de Barcelona, íbamos a tomar tierra, no me había enterado de la aproximación estaba tan concentrado en ver movimiento de alas, virajes y demás, que no me había dado cuenta de nada, cuál fue mi sorpresa, que justo detrás de mi iba una pareja, y ella le estaba diciendo a él, “ Se ha movido un poquito» ¿¿¿íbamos en el mismo avión???
Ni me había enterado, ya habíamos salido de pista, dieron el aviso que podíamos conectar los móviles, quite el modo avión y el mensaje de WhatsApp “Amor esto está superado, he disfrutado como nunca tqm. Cuando acabes la consulta hablamos”. Apagaron la señal de cinturones, empezamos el desembarco y yo seguía pletórico, me estaba sonando el teléfono, y es que me estaba llamando la persona de mi equipo que me esperaba en la terminal, y prometo una y mil veces, que ni me enteré. Me despedí de las TCP de la puerta, y por su cara, creo que debieron pensar que les estaba tirando los tejos, debía de llevar una cara de felicidad inmensa.
Tengo que reconocer que el finger fue un cúmulo de sensaciones, y de repente me acordé: Twitter, Paco no sé si estará disponible, o cuando lo leerá pero las cosas buenas hay que decirlas, si te las callas es como si envolvieras un regalo y no lo entregaras. Me paré un segundo en el control y escribí: “Comandante, lo que me he estado perdiendo hasta ahora, por el puto miedo” Y estaba disponible porque me contestó en cuestión de segundos: Miedo superado, bienvenido a bordo, ya eres un Aero trastornado. Y en su momento no lo dije pero aprovecho desde aquí para agradecerte, tu paciencia y tu ayuda, de esa forma desinteresada, Gracias a ti he perdido el miedo a volar, me pareces una gran persona y un mejor profesional.
En los siguientes vuelos disfruté muchísimo, y he perdido el vértigo que tenía, ahora mismo estoy en dique seco, pero en cuanto esto termine VOLVEREMOS A VOLAR Y A DISFRUTAR DE ESE ESPECTACULO MAGICO QUE HE DESCUBIERTO HACE POCO.
EL PELIGRO ESTÁ EN TU CABEZA, NO EN EL AVIÓN, BUSCA EN TU INTERIOR Y ENCONTRARÁS LA RESPUESTA A TU MIEDO.”
Este nuevo aerotrastornado se llama Miguel y, estando en estas condiciones de espera y confinamiento, hoy me ha sacado unas lagrimas al recordar, junto a él, esas sensaciones del vuelo. Muchas gracias Miguel por permitirte participar de esta magia que supone el vuelo y a todos ustedes como no, por tener esta paciencia infinita en la espera para volar.


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