La aviación vista por un aviador

26 minutos

Muy buenas tardes señores pasajeros y una vez más bienvenidos a bordo.

Aquellos de ustedes que ya han volado anteriormente con nosotros sabrán que siempre intentamos ver, y hacer, que cada vuelo sea especial, único e inolvidable cosa que, a veces sin saber el cómo, conseguimos en mayor o menor medida.

Hoy es un vuelo realmente extraordinario ya que volvemos a volar después de estar esperando en la plataforma un centenar de días. El fin de semana pasado estuve en las instalaciones de la compañía, donde hacemos nuestros entrenamientos recurrentes, para hacer una sesión en el simulador de cada uno de los dos modelos de avión que vuelo. Así que, una vez ya en casa de regreso, la llamada de ayer por la mañana me pilló por sorpresa al contactarme para hacer este vuelo.

He de confesar que he dormido mal, nervioso y poco. Repasando todo lo que se avecinaba, los posibles inconvenientes y las decisiones a tomar según fueran los diferentes escenarios que se planteaban. Una noche como aquellas cuando me preparaba los exámenes durante mi formación o la selección de pilotos antes de entrar a formar parte de esta gran familia que es “La Compañía”.

A las 6 de la mañana ya no podía aguantar más en la cama y me levanté a desayunar mientras actualizaba una vez más la tableta electrónica donde llevamos toda la información para nuestros vuelos. Comenzaba el test del primer vuelo tras la larga parada. El uniforme entraba bien y sorprendentemente he perdido peso.

Llamé por teléfono a Ángel, mi compañero de viaje, para concretar algunos detalles del día y para citarnos en el aeropuerto una hora antes de la hora oficial de presentación para ver bien toda la documentación del vuelo, con tranquilidad hacer una muy buena inspección prevuelo al avión y tener margen de sobra para evitar sorpresas.

Entrar en la terminal ha sido desolador al ver que hay tan pocos pasajeros y prácticamente ninguna tienda abierta ni restaurantes disponibles. 

Ya en las oficinas, me encuentro a Ángel y prácticamente nadie más, apenas hay tripulantes. Pedimos nuestra documentación y nos dan también máscaras de protección para usar en vuelo aunque ya nosotros traemos desde casa las nuestras. Al imprimir todo salen también las fichas para el destino ya que al ser un lugar que no operamos normalmente, no las tenemos digitalizadas, y nos ponemos a estudiar todo. No es tanto porque según el plan de vuelo tardaremos unos escasos 33 minutos en llegar al destino. 

Todo listo y nos vamos al avión y la imagen es sobrecogedora, viendo tantos de nuestros pájaros con los motores sellados y todos protegidos para estar así durante unos meses más. Finalmente ahí está el nuestro, un Airbus A330-200 esperándonos, apagado, en silencio y despegado del finger. Como todos los demás aviones en la terminal satélite. Subimos por una escalera que nos han puesto en una de las puertas y allí estaba todo oscuro y vacío. El avión llevaba un poco más de un mes sin volar, así que concienzudamente vamos despacio y leyendo bien las listas de procedimientos y la documentación.

Parece mentira pero las manos y los ojos se nos van exactamente a donde deseamos y sin pensar,  empezamos con esa música que llevamos tan dentro grabada de las listas de chequeo acompañada de los sonidos que la orquesta del avión nos aporta.

Ya estamos listos para el retroceso y la voz de la coordinadora por el altavoz nos dice que está todo listo por abajo. Comenzamos, y dejo a propósito la ventanilla de mi lado abierta ( aunque quizás ustedes no lo sabían, estas se abren ). A pesar de que el avión pesa unas escasas 127 toneladas nada más, procedemos a poner en marcha ambos motores en vez de hacer un SETO y ahorrar combustible, para así evitar riesgos ya que tanto el avión como nosotros llevamos una temporada sin volar.

Se abre la válvula de puesta en marcha y suena el afilado silbido del aire a presión moviendo el motor, acelerándolo hasta que entra el combustible y suena el inolvidable “Puff” de la llama al encenderse. El motor se siente cercano, fiel y poderoso.

Vamos con el otro motor y nos despedimos de la coordinadora que desde la rampa nos saluda con una sonrisa. A todos nos alegra ver a nuestros aviones volar, aunque tan solo sea para este breve vuelo. La ventana cerrada y proseguimos con el resto de comprobaciones previas al despegue con mimo ya que, a pesar de sentirnos del todo en casa, es como cuando regresas al hogar de tu infancia tras una larga temporada lejos.

Voy frenando el avión ya que los motores al ralentí tienen mucha potencia para el poco peso de hoy. Rodar por Madrid siempre es un poco complicado por las muchas calles de rodadura que hay, pero al doblar una esquina de la terminal, allí está el punto de espera de nuestra pista. El momento esta cada vez más cerca, pero ojo, sin prisas para hacerlo bien y disfrutarlo.

Finalmente aquí estamos en la cabecera. Quiero aislarme, quiero no oír la radio, los procedimientos, las normas, solo quiero estar solo y volar. Pero no puedo, no debo, respiro hondamente una vez más y sin poder evitarlo hablo en voz alta y desde muy adentro me sale:

“¡Vamos a volar!”

El avión sube a toda velocidad y en breve alcanzamos nuestro nivel de crucero para hoy de solo 15 mil pies, vamos en dirección sur y casi sin darnos cuenta ahí está Ciudad Real. Cancelamos el plan de vuelo instrumental y ahora pasamos a volar este gran avión como si de aquellas Cessnas de escuela se tratara. Viramos a la izquierda a rumbo 160 mientras y descendemos para estar en la prolongación de la pista 28 a unos 7500 pies. Hemos leído las listas, todo muy seguido por que la fase de crucero ha sido realmente breve. Todo está listo y ya hemos hablado sobre la aproximación y el aterrizaje que vamos a hacer, incluso nos ha dado tiempo para organizar una posible frustrada y la distancia al aterrizaje.

Quiero sentirlo en mis manos,  piloto automático desconectado. Vamos sacando flaps, el tren de aterrizaje, y leyendo la lista previa al aterrizaje. Es curioso como soy consciente por un breve momento de la gran suerte que tengo: ¡¡estamos volando!!

Todo leído, autorizados y en mi mente palabras recordatorias de mis instructores referentes a los básicos: velocidad, ángulo de cabeceo, régimen de descenso, ojo al viento cruzado, la velocidad de nuevo, haciendo comprobaciones cruzadas constantes mientras nos acercamos al asfalto .. 50..30..20.. Suave con la mano, no lo magrees tanto, déjalo así esa es buena presentación…. 

Muchas gracias una vez más por acompañarnos una vez más en estos vuelos, muchas gracias de todo corazón dadas las circunstancias actuales.

Estoy seguro de que nos volveremos a ver muy pronto.

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20 respuestas a “26 minutos”

  1. Avatar de Danilo Morales Guerra
    Danilo Morales Guerra

    Me alegro que hayas disfrutado esos 33 minutos. Saludos capitán

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    1. Muchas gracias, fueron muy intensos y divertidos!!

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  2. hola Paco,
    lo habrás pasado doblemente bien, dicen que «lo bueno, si breve, 2 veces bueno» 😉
    Vuelo manual y curioso sin dudas, por eso que cuentas de revisar bien el avión antes del despegue, después de haber estado tan tiempo en tierra; y sin presión de horarios, sin peso de pasaje y bodegas, etc.
    Ahora bien, como siempre hablas del COMBUSTIBLE y de lo que consume tu avion en cada viaje de LR…esta vez cuantas «gotas» has hecho poner en deposito? un vuelo muy corto, quizas consume un poquito demás al haber viajado a una altura crucero tan baja, pero viaje demasiado corto al fin.
    Y con otro tema a considerar: vas a dejar el avión aparcado un tiempo mas. Cuando el avión está aparcado por tiempo indeterminado -aparte de cubrir los motores y las ranuras de las puertas-, le vacían el deposito también, no? (supongo que el fuel pierde cualidades al estar tanto tiempo en depósito sin ser usado, tengo entendido que con los coches ocurre).
    Un saludo y a esperar un rato, que ya vendrán tiempos mejores.
    RGM

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    1. Hola, el consumo real fueron poco más de 2500 kgs pero salimos con 8400 por las reservas y porque el avión ha de mantener una mínima cantidad de combustible en los depósitos para estas ocasiones de letargo según los procedimientos de Airbus. Muchas gracias

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  3. Volvemos a disfrutar con sus crónicas. Espero que pronto vuelva a volar.
    Pepe Soler Garcisánchez
    PPL
    Aeroclub Alicante

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    1. Gracias Pepe, en eso estamos todos…

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  4. No sabe el cielo lo que se está perdiendo sin ti… Qué ganas de oír : tripulación de cabina lista para el despegue💋💋✈️

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  5. He podido ver el video del aterrizaje en su twitter y me han encantado los comentarios de su copiloto.

    Buenos vuelos!

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  6. Narración preciosa y tan descriptiva que «casi» iba con Ud. Ya sabe, si la aviación no remonta, piense en escribir. Muchas gracias

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    1. Lo tengo en mente, muchas gracias

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  7. Quiero en este caso ser anonimo pues las lagrimas no me dejaban saborear este maravilloso vuelo de 33″ donde se sienteN todos esos ruidos que repito maravillosos
    LA ENHORABUENA

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  8. Maravilloso !!!
    “Vamos sacando flap “ jajaj .
    En la narrativa , es como q estaba ahí .
    Todo comienza
    Buena suerte capitán 👨‍✈️

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  9. Vibrante !!! Pregunta: éste vuelo, lo hicisteis los dos pilotos solos ?? sin compañía de ningún TCP ?? …. Gracias como siempre por compartir. Buenos vuelos !!

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    1. Íbamos solos, gravias…

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    2. Era un vuelo en PAPA……….( vacío), no hace falta servicio, ni medios aeroportuarios…a excepción de un parking remoto en la playa..

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