Muy buenas noches señores pasajeros, una noche más aquí estamos surcando el Atlántico a punto de sobrevolar Fernando de Noronha en Brasil, de camino a  casa.

Una noche más que, cómo no, es muy especial. Tras pasar unas breves 24 horas en Buenos Aires, ya regresamos a una España bajo los efectos de una fuerte ola de calor que nos espera con temperaturas que superaran los 40 grados.

Y digo que este vuelo es especial, porque mañana será un día inolvidable para algunas personas de mi entorno. Un día en que dos familias se reúnen para compartir y celebrar la unión de dos de sus miembros. Se casa mi hija, y aunque lo hacemos siempre, he estado especialmente cuidadoso con vigilar los tiempos y las posibles circunstancias que harían que el padrino llegase tarde a la boda…

Ya les puedo confirmar que aterrizaremos antes de hora y, afortunadamente, tendré tiempo de sobra para recuperarme razonablemente y estar por la tarde en buen estado para la ceremonia y posterior celebración.

A parte de este pequeño detalle, nuestro vuelo está siendo perfecto ya que después del despegue de la pista 35 de Ezeiza, por petición nuestra, viramos por la derecha en curso a Uruguay y después seguimos hacia Curitiba.

Hemos ido ascendiendo a nuestro nivel de crucero, que inicialmente era de 37000 pies, y hace ya un ratito, cambiamos a 39000 pies. Y, a medida que el avión consuma combustible y se vuelva más y más ligero, ascenderemos buscando siempre el nivel de vuelo óptimo sin superar nunca el máximo,  que para este modelo de avión es de 43000.

Muchas veces me han preguntado del porqué subimos tanto, y la razón es bien sencilla. La potencia del motor a reacción no se mide en caballos porque no la aplica sobre un eje de tracción de unas ruedas o de una hélice. El motor de reacción da empuje y este se mide en libras de empuje. El funcionamiento del motor es muy sencillo y de ahí su encanto y magia, el motor coge aire del exterior, lo calienta aumentando su presión y lo deja salir por detrás a una velocidad superior de la que tenia al entrar por delante.

El combustible casi no suma masa al aire en la combustión, lo que se añade es velocidad, que crea una fuerza opuesta aplicada sobre el compresor y el conjunto general del motor. La velocidad de salida genera una reacción de empuje hacia adelante que por ende mueve al avión.

El empuje de un reactor se ve mermado con los cambios en la densidad de la atmósfera donde se mueve,  y por otro lado se ve afectado positivamente con la velocidad de entrada del aire en el compresor  por un efecto que llaman de RAM/AIR que facilita la labor del compresor inicial del motor. Por otro lado la baja densidad del aire en altura reduce la resistencia a la salida del aire por la parte trasera del motor y al propio avance del avión. Resumiendo, podríamos decir que un motor a reacción funciona más eficazmente cuanto más alto y más rápido se mueva.

Los parámetros de cada motor se eligen para cada modelo de avión en especial, ya que en el diseño inicial se elige lo que se espera de esa aeronave y el cómo obtenerlo, empuje, consumos, degradación, alcance, costes de mantenimiento, etc…..

Nuestros Rolls Royce están en estos momentos produciendo el 75% de su capacidad de empuje mientras consumen tan solo 2750 kgs/hr. cada uno, haciendo que nuestras 205 Tn de peso se deslicen por el aire a unos 950kms/h, volando a 39000 pies, cómodamente en un ambiente con aire acondicionado y presurización como si estuviésemos en una montaña a unos 1700 metros de altura. Un lujo realmente si tenemos en cuenta que esto de la aviación es una actividad relativamente joven que empezó el siglo pasado con los hermanos Wright.

Acabamos de cruzarnos con otro avión al que en la oscuridad de la noche solo hemos visto cuando estaba a unas 10 millas de nosotros, aunque nuestros instrumentos ya nos indicaron de su presencia varios minutos antes. Iba 300 metros por debajo de nosotros, en la misma aerovía pero en sentido opuesto. Siempre llama la atención estos cruces, y en pandemia más aún. Nos hemos saludado con las luces como cortesía en los aires.

En unos minutos pasaremos a control de Dakar, después la Sal en Cabo Verde, Canarias, Marruecos, Lisboa y finalmente Sevilla. Llegaremos a Madrid a las 5 y media de la mañana.

Mañana, hoy ya… se casa mi hija.

Muchas gracias, disfruten del vuelo y hasta la próxima.