La aviación vista por un aviador

UNA DE MANGUERAS

Muy buenas noches, señores pasajeros.

El de ayer ha sido un vuelo muy interesante porque nos ha recordado esa certeza que todos tenemos y con la que convivimos, pero que a veces la casuística tiene que recordarnos con más fuerza: las fases del vuelo con más carga de stress son el despegue y el aterrizaje.

Mientras pienso en cómo contarles esto, admiro con asombro la limpieza de la atmósfera esta noche en la que vemos desde nuestro mirador las ciudades de Acarigua,San Carlos,Puerto Cabello,Caracas, La Guaira… Y detrás de todas estas luces , la Luna ilumina levemente el contorno de la costa y el comienzo del mar Caribe.

La jornada comenzó cuando el transporte que me tenía que llevar al aeropuerto, no estaba a su hora en la puerta de casa. Ya comenzamos con unos minutos de retraso. Al llegar al aeropuerto había una larga cola de vehículos en la zona de desembarque de pasajeros que iban a volar, cosa de la que me alegro enormemente, pero que ayer entorpecían mi interés por recuperar los minutos perdidos.

Finalmente y tras realizar todos los procesos previos al vuelo, conseguimos  ponernos en marcha, justo cuando una tormenta se estaba acercando al aeropuerto. Lo que me sospechaba ocurrió: cambio de configuración de pistas. Esto supone un retraso que nadie quiere, pero es necesario asumir. A nosotros nos sorprendió en mitad de la maniobra de puesta en marcha y retroceso, y el controlador nos dijo que mantuviéramos posición. Así hicimos pero al llegar a la cabecera de pista el viento había vuelto a cambiar, la tormenta estaba haciendo de las suyas. Tocaba esperar.

En total salimos con unos 25 minutos de retraso, pero finalmente aplicamos potencia de despegue hacia un cielo grisáceo, tras el despegue de otros aviones. Todo normal. 100 nudos, V1, Rotación. Me encanta lo bien que vuela esta avión. En breves segundos pido al copiloto que suba el tren de aterrizaje. Y de repente en la pantalla principal de vuelo un mensaje en rojo y por los altavoces de cabina se oye… “WINDSHEAR AHEAD¨.

Si ya íbamos callados y concentrados, ahora ya estábamos tensos. Notaba como mis ojos aceleraban el escaneo de todos los parámetros porque sabía que las posibilidades eran altas….¨WINDSHEAR, WINDSHEAR”!!!!


“Máxima potencia a los motores, planos nivelados, sigue las indicaciones del Flight Director, no cambies configuración (retraer flaps )” Todo esto estaba en mi mente inmediatamente. Así hice mientras por el intercomunicador lo compartía con los compañeros. Viendo lo bien que subía el avión, decidí bajar un poco el morro para tener margen con la velocidad mínima, sin superar la máxima de Flaps. Desaparece el aviso en rojo.

Segundos…. todo esto han sido breves segundos que he sentido largos.

Salimos de la nube, aire claro y despejado, subimos el tren, potencia de ascenso, retraemos el flap, y lo notificamos al control. Nos cambian de frecuencia y con el avión limpio pongo el automático. Noto como tengo todo el cuerpo en tensión…

Este aviso lo he tenido en el simulador bastantes veces, y en la vida real tan solo en una ocasión pero fue previo al aterrizaje en Tenerife Sur hace unos años. Esta ha sido, en casi 25 años pilotando estos aviones, la primera vez en despegue.

Llevo desde ayer interiorizando todo lo que he podido aprender de esta experiencia y sacando conclusiones para la próxima vez que me ocurra. Siempre aprendemos algo de cada vuelo.

A partir de ahí todo fue muy normal durante el resto del vuelo hasta la aproximación en destino, donde nos cambiaron varias veces la pista en la que íbamos a aterrizar, durante la trayectoria hacia el inicio de la aproximación nos dieron un recorte , pero no lo aceptamos ya que eso supondría atravesar una gran célula tormentosa que había allí en aquellos momentos. Seguimos con nuestra trayectoria pero el TCAS nos avisó de que había un tráfico que se acercaba demasiado. Varios segundos y …“TRAFFIC TRAFFIC” sin llegar a darnos una orden para que ejecutemos maniobra evasiva. El controlador inmediatamente nos lo quitó del camino, pero como era viernes y había mucho tráfico ocurrió lo mismo unos minutos después. Finalmente aterrizamos acariciando suavemente la superficie de la pista 13L del aeropuerto de Bogotá.

Esta acumulación de eventos tan seguidos y en el mismo vuelo no suele darse a menudo, es más, es absolutamente excepcional, así que, la cerveza de anoche ya en el hotel la sentimos más merecida de lo normal.

Ya Piarco nos ha dado las frecuencias del control de New York al que entraremos en unos 15 minutos y también nos ha dado la autorización oceánica para el cruce esta noche. No se mueve nada, y si no fuera por el sonido y los parámetros, pareciera que estábamos tranquilamente en el sofá de casa.

Hoy me invitaban a que les indicara qué son todas esas conexiones que le ponen al avión cuando llega a tierra y en el aparcamiento. Pues es muy sencillo, comenzando desde el morro y siguiendo las agujas del reloj, lo primero es el tractor que empuja al avión para sacarlo del parking una vez está todo listo para salir de nuevo a volar; seguidamente suele haber una plataforma o cinta porta maletas que se usan para la estiba de la carga y equipaje en las bodegas delantera y trasera del avión; dependiendo del aeropuerto se coloca un camión que carga combustible en las alas del avión que pueden ser uno solo o uno en cada ala; más atrás hay otro equipo de equipajes; siguiendo hacia atrás, hay otro camión más pequeño que vacía las aguas negras de los lavabos, y rellena a su vez los depósitos de agua fresca; ya por delante del otro ala a veces vemos una o dos grandes mangueras amarillas que llevan aire acondicionado desde los equipos de tierra al avión  y por ultimo veremos también uno o dos cables eléctricos que van hacia la parte cercana a la rueda delantera y alimentan el sistema eléctrico del avión cuando tiene todos los motores parados.

Toda esta logística dependerá de las instalaciones disponibles en el aeropuerto y del tipo de avión, al igual que de lo que la empresa tenga o no contratado para su operación.

Lo ocurrido ayer, entre otras cosas, demuestra que todo el exhaustivo entrenamiento que las tripulaciones tenemos sirve para que esta industria y medio de transporte sea cada día más y más seguro. En el caso de ayer ninguno de ustedes tuvo conocimiento ni se vieron afectados en alguna medida por los hechos y sus consecuencias, que como ven tenemos bien controladas y supervisadas.

Amaneció hace rato ya, y estamos con control de New York, esto va muy bien. Sobrevolando una zona de fuertes turbulencias y nubosidad que hay en las inmediaciones del 30W el avión sigue sin moverse un ápice, y  aquí delante disfrutamos de las vistas y de cómo la última capa de fina nube está a unos pocos pies sobre nosotros dejándonos ver la inmensidad del cielo. Y mientras,  percibimos la alta velocidad que llevamos. Siempre merece la pena pasar estas noches en vela.

Espero sigan descansando y que mañana puedan disfrutar de un precioso día de Domingo en Madrid, con sus 25 grados.

Una vez más muchas gracias y hasta nuestro próximo vuelo juntos.

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2 respuestas a “UNA DE MANGUERAS”

  1. Excelente tocas tantos puntos conocidos y volados como Acarigua, Caracas la Guaira, Bogotá, y aún más explicas con detalles de lo que es trabajo que haces.
    También hiciste mención al TFS, en mi adorada Tenerife

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