Muy buenas tardes señores pasajeros.

Hace tan solo unas horas despegábamos de un México oscuro y con su espacio aéreo casi vacío hacia Madrid.

Eran las 8 y media de la noche mexicanas, cuando nos despertaba la alarma en el hotel para comenzar a alistarnos y despegar puntualmente a las 00:05 locales. Para nosotros eran las 3 y media de la madrugada, así que a todos nos pilló la alarma en un sueño profundo tras una siesta que, en mi caso , comenzó sobre las 2 de la tarde locales.

Siempre lidiando con los cambios horarios,  nuestra salud del sueño forma parte importante de la seguridad de las operaciones aéreas en los vuelos de largo recorrido.

A esas horas son pocos los que volábamos por la zona, así que al poco de despegar nos dieron autorización para proceder directos al punto que separa el espacio aéreo de Monterrey con Houston, una línea recta de 700 Kms. Al entrar en contacto con Houston (siempre resuena en mi cabeza aquello de “We have a Problem”), también nos dieron otro directo hasta  Alabama de 950kms, seguido de otro más largo hasta Norfolk en Virginia de 1200kms.

Estos rumbos directos suavizan mucho el vuelo,  ya que evitamos los cambios de rumbo y virajes que suelen tener las aerovías, y aumentan el confort de todos ustedes, pero a la vez normalmente reducen también las millas recorridas entre dos puntos. Aunque a veces, especialmente en estos vuelos tan largos, es posible que aumenten el tiempo de vuelo total ya que pueden cambiar la ortodrómica de la ruta, así que hay que tener muy en cuenta esos directos a la hora de aceptarlos o pedirlos. Pero hoy todo esto ha servido para que por ahora llevemos 4 minutos de adelanto total.

Abandonando el continente americano aún es de noche y en la calma de la atmósfera se ven a lo lejos las luces de Washington y Filadelfia, y más al norte deben estar Boston y New York. Tengo ganas de regresar a Kennedy. Comienza el largo cruce del Atlántico hasta Viana do Castello en Portugal, Zamora, Toledo y finalmente Madrid.

Durante el embarque se nos ha acercado una compañera a la cabina con una inquietud de una pasajera: al entrar esta señora ha pedido que le informemos de cuando vamos a cruzar la “Línea Internacional del Tiempo”. Ninguno de nosotros tres duda de la existencia de tal línea, pero lo cierto es que en aviación comercial no es una parámetro que tengamos en cuenta nunca ni afecte a la operación, así que preguntamos que cual era la importancia de saber donde estaba esa línea, a lo que la compañera nos respondió que la pasajera le ha dicho que es un momento muy bonito donde tenemos “el Sol a un lado del avión y la noche al otro lado.”

Al igual que los que creen que la Tierra es plana, que los aviones fumigamos a los campos y personas allá abajo,  y que nosotros volamos a mano todo el tiempo, internet está lleno de mitos y desinformaciones que en su gran mayoría son graciosas, pero en gran medida contribuyen a aumentar las inquietudes y fantasías de todos aquellos que padecen aerofobia. Si alguno de ustedes padece o cree que padece dicha dolencia, siempre recomiendo ir a la fuente, investigar y no dudar en preguntar siempre, aunque les parezca la cosa más absurda. El conocimiento ayuda mucho a superar esos temores.

Y aquí seguimos, ahora ya a tan solo dos horas del destino, sobre una capa inmensa de nubes bajas sobre el océano y manteniendo 41500 pies de altitud. El control de Azores nos ha autorizado a mantener una altitud entre 41000 y 43000, de forma que según sea más o menos conveniente podemos elegir la que queramos y movernos entre esos dos niveles de vuelo. Hace un rato estábamos cerca del meridiano 40W donde había pronosticado algo de turbulencia hasta nivel de vuelo 400, y efectivamente allí estaba un incómodo traqueteo que solucionamos solicitando este margen de altitudes. A priori todo seguirá igual hasta Madrid donde nos espera un día de “Sol y Moscas”, como lo llamamos nosotros, despejado, con viento prácticamente calma y una temperatura de 8 grados.

Una vez más aprovecho antes de comenzar a preparar el descenso y aproximación, para despedirme de todos ustedes y desearles una buena semana.

Muchas gracias por usar nuestras alas y bienvenidos a España.