Muy buenos días, señores pasajeros,
Hace ya unas horas que ha amanecido y estamos en estos momentos sobre el Atlántico portugués aproximándonos al cruce con el meridiano 20 Oeste. Estamos manteniendo un nivel de crucero de 40 mil pies, unos 12 kms sobre el agua y sobre una densa capa de nubes algo más bajas que nosotros. La luz es inmensa. La ruta hoy nos ha traído por Girardot, Puerto Cabello en Venezuela, Martinica, todo el Atlántico hasta Viseu en Portugal y de allí seguiremos hacia Zamora y finalmente Madrid. A parte de algunos episodios de turbulencia, el vuelo está desarrollándose con normalidad.

Hace ya unas horas que dejamos la oscuridad de la noche atrás. Al poco de despegar, mientras seguíamos la línea de los Andes hacia Venezuela, la Luna llena nos dejaba ver las altas torres de los cumulonimbos para así evitarlos, mientras estos se encendían y apagaban por los fuertes pantallazos de los rayos que explotaban en el interior de las columnas de agua. En aquellos momentos los datos del vuelo nos decían que íbamos a nivel de vuelo 370 en dirección noreste, pesábamos 243.7 toneladas y nos movíamos a 0.85 la velocidad del sonido mientras consumíamos 100 kgs de combustible por minuto. Somos 364 almas a bordo y un perrito.

Durante los siguientes 60 minutos tuvimos algo de turbulencia ligera que es lo que ya sabíamos que ibamos a tener según nuestros pronósticos previos al vuelo. Hemos cruzado ya gran parte del Stlántico y desde hace unos minutos también volvemos a experimentarlas de nuevo; me temo que nos seguirán acompañando hasta Madrid donde es posible que se intensifiquen un poco dado que toda la península ibérica está bastante inestable estos días.
Nuestro avión hoy al llegar a Quito ha dado fallo de una de las reversas de los motores en el aterrizaje. Las reversas son unos mecanismos que cada motor lleva y que solo se puede usar en tierra, en ellas se deriva parte del aire que circula dentro del motor hacia los lados en vez de hacia atrás. Las usamos para reducir las distancias de frenado tanto en los aterrizajes como en los abortos de despegue, pero curiosamente no son requisito para los cálculos de distancias de pista necesaria. De esta forma siempre estaremos manteniendo unos márgenes muy superiores a los requeridos para operar en cualquier pista. Los cálculos con ella inoperativa en este avión son muy sencillos de hacer ya que la “calculadora” que llevamos a bordo ( el EFB) está integrada con el avión y reconoce los fallos que el avión tiene.

Es muy interesante salir de la burbuja de nuestras cabinas y enfrentarnos a la perspectiva de ver la realidad que otros pilotos viven y comparar las diferentes situaciones laborales y profesionales de otros compañeros, especialmente de otros países. He tenido la suerte de compartir almuerzo en Quito con una compañera comandante de otra aerolínea. Nos conocimos hace ya un tiempo y siempre hemos tenido una buena y bonita relación de amistad. Siempre que dos pilotos se encuentran acaban hablando de lo mismo: aviones, destinos, otros pilotos, cómo nos tratan nuestros empleadores y, cómo no, de restaurantes.
Y hablando de burbujas, es muy común que nos pregunten siempre sobre los peligros del vuelo, los largos cruces de los océanos, las largas noches etc. Pero hoy desde la distancia he vivido como unos compañeros míos se enfrentaban a otro de los peligros que no se tienen muy en cuenta por el público en general, y es el hecho de estar en otros países y otros niveles de seguridad que no son los mismos que los que solemos tener en nuestros mundos. Hoy mientras comía con esta compañera recibimos noticia de un atraco e intento de robo en el otro aeropuerto principal de Ecuador donde tanto ella como yo teníamos compañeros operando en aquellas horas. Nuestros pequeños mundos tanto en vuelo como en tierra están muy protegidos por lo frágiles que son.
Anoche mientras volábamos bajo el manto fino de luz de la Luna, redujimos la iluminación de las luces de la cabina para ayudar a que nuestras pupilas se dilatasen y así poder disfrutar del espectáculo que es ver la inmensidad del cielo y la línea que delimita las nubes y cúmulos bajo nosotros. A veces es llamativo el observar que todo es más sencillo cuando no hay grises. Cuando no hay cabida para las interpretaciones rebuscadas y las cosas son o blancas o negras. A veces solo a veces.
Falta tan solo una hora para el aterrizaje, así que vamos a comenzar los preparativos para la aproximación y aterrizaje en Barajas. Pesaremos 191.6 toneladas y, teniendo en cuenta la meteorología del aeropuerto, aterrizaremos en la pista 18 derecha. Posiblemente suframos algunas turbulencias sobre la Sierra de Guadarrama, por el viento del suroeste que hay en la zona, pero es lo normal y no hay nada de lo que preocuparse.

Como siempre nuestra labor pasa por mimar y cuidar de todos ustedes para que tengan la mejor experiencia de viaje entre ambos continentes.
Una vez más, muchas gracias por usar nuestras alas y bienvenidos a España.


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