La aviación vista por un aviador

Un vuelo agradable

Muy buenas noches, damas y caballeros,

Nos encontramos ahora mismo a 1600 millas de Madrid, sobre el Atlántico, y de camino a sobrevolar Funchal. De ahí continuaremos hacia Lisboa, Plasencia, Toledo y finalmente Madrid. Llevamos consumidos 55 toneladas y media de combustible en 8 horas y cuarto de vuelo. No está nada mal para ser un vuelo de los cortos.

Hoy cuando estábamos en la cabecera de la pista para despegar desde la pista 17R de Santiago de Chile, la torre nos dijo que mantuviéramos la posición sin entrar en la pista. Esto se debía, cosa muy normal, a que venía un avión a aterrizar en esa misma pista. Al oír al otro avión vi que era un B737 de Aerolíneas Argentinas y se me ocurrió preguntar en la frecuencia si era Gabriel.

Gabriel es un compañero de profesión con quien he entablado una buena relación ya que hemos participado en algunos coloquios en internet y también tuvimos la ocasión de coincidir en Buenos Aires donde compartimos una agradable comida. Y casualmente era él el que venía aterrizando en Chile. Tras su suave aterrizaje fuimos autorizados a entrar y despegar de la pista sin mayor dilación.


Son estos pequeños detalles que hacen de este mundo nuestro algo tan singular y especial. También ocurrió que el día del vuelo hacia Chile y en las oficinas de la compañía en el aeropuerto, me encontré a una vieja compañera a la que hacía mucho no veía. Me contó que no nos veíamos, en parte, porque ha estado de baja durante casi un año por una enfermedad cuya medicación era incompatible con el vuelo. Otra casual y bonita coincidencia.

La sobrecargo de este nuestro vuelo formaba parte de la tripulación en la que, hace unos años ya, me solté como comandante regresando desde La Coruña a Madrid en un A319. ¿Por qué será que las coincidencias a veces parece que se alinean para darse muy seguidas? 

Estamos saliendo de la zona donde más turbulencia reportada teníamos en el plan de vuelo y hemos pasado justo por donde no nos ha dado ni molestado nada. Pero ha sido salir de esa zona y empezar a moverse, casi nada realmente, pero como en la parte trasera del avión se nota mucho más, hemos encendido la luz de cinturones y solicitado ascender a nivel de vuelo 400. Veremos a ver si mejora esta incomodidad. Es maravilloso lo bien que vuela este avión; el cambio de nivel ha sido muy suave y la gran potencia que los motores tienen le permiten, con solo el 97% la potencia, cambiar de nivel y mantener la misma velocidad.

Ustedes, en su gran mayoría duermen, ya que es hora de dormir en Chile y en España son las 2 y cuarto de la madrugada. Salimos de un verano de 27 grados a las 11 de la mañana y pasamos a un invierno de 0 grados en Madrid a nuestra llegada, sin viento pero fresco.

Nivel de vuelo 400 y seguimos con el movimiento, quizás le pidamos a control Canarias que queremos descender si esto sigue así. 

Han pasado unos minutos y ya no nos movemos, así que seguimos adelante.

Noches como esta nos recuerdan lo especial de esta profesión, y es técnica y humanamente un constante descubrimiento y sorpresa. La maquinaria de la aviación siempre funciona bien: los despachadores de vuelos, el personal que mima los aviones en tierra, los servicios de control, todo funciona como se espera. Pero es cuando las personas encajan entre ellas y hacen que en todo momento el clima que se respire sea agradable y profesional, dentro y fuera de la cabina, cuando se percibe una energía muy especial que nos hace sentir con más intensidad si cabe, lo magnífico que es poder llevarles a ustedes desde un lugar del planeta a otro tan distantes entre sí. 

A lo lejos se vislumbran ya las luces de Funchal y de allí a Lisboa no es nada más que un breve saltito de agua. No queda casi nada y al llegar tendré unos días de descanso que siento me harán falta dado que llevo un mes de febrero con muchos vuelos seguidos, es hora de cargar las baterías y recuperar algo del sueño perdido.

Pero por ahora aquí seguimos los dos en cabina, con un café bien cargado y las luces a máxima intensidad. Ha venido una compañera de la parte de atrás del avión a vernos, simplemente a eso: a vernos porque dice que hace muchas horas que no nos veía y tenía ganas de venir a cabina y saludar. Estos gestos se agradecen mucho. Somos un equipo y el avión es muy largo.

Siempre es un placer acompañarles en estos vuelos. 

Muchas gracias y hasta el próximo vuelo.

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13 respuestas a “Un vuelo agradable”

  1. Estimado, Paco: de no haber volado contigo dudaría seriamente de tus textos. Parecen de guión de película mala de sobremesa de sábado en la que el bueno es tan bueno tan bueno, que no te lo crees…

    Un capitán sumamente empático con pasajeros, compañeros, etc, amante de su trabajo, que comparte sus conocimientos, escribe de lujo, ¡venga ya! No existe alguien así.

    Pero resulta que tras 22 años desde mis primeros vuelos, allá en la adolescencia, como pasajero, por fin en 2033 me topé con un comandante que se dirige a su pasaje de una forma amable y cercana, aportando humanidad y valiosa información para los que nos gusta esto.

    Acostumbrado a discursos apresurados, forzados, desganados e incluso inexistentes, encontrar todo lo contrario fue un lujo.

    Por ello, no tengo más remedio que creerme a pies juntillas tus textos.

    Enhorabuena y gracias como siempre por ellos, Paco.

    Un abrazo,
    Hugo

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    1. Muchas gracias, tus palabras son maravillosas y las agradezco enormemente.

      Espero poder coincidir a bordo una vez más.

      Saludos

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      1. Muchas gracias a ti, Paco.

        Ojalá coincidir, desde luego, y así poder saludarte tras el vuelo que aquella vez me quedé con las ganas…. Entre la prudencia, no me gusta importunar, que estaba la policía en la puerta del avión buscando a alguien y yo estaba con el susto el en cuerpo tras haber contemplado como la esquina de la maleta de una pasajera ansiosa por salir cayó desde el compartimento superior a la cabeza de una pobre mujer mayor, que se quedó medio aturdida… No había lugar. Además, mi mujer y yo llegamos a la conclusión de que nuestra vecina de asiento nos iba mintiendo, casi seguro, en todo lo que nos contaba durante el viaje. Ya ves, a veces los vuelos como pasajero dan también mucho de sí…

        Un saludo,

        Hugo

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      2. Muchas gracias Hugo, siempre es un placer compartir las alas .

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  2. La verdad,el avión y en vuelos largos,es como un lugar en la tierra,encontrarse y reunirse con amigos y lo mejor,por casualidad después de tanto tiempo.Vivencias agradables en un paseo tranquilo..Lo llamo paseo,porque lo veo asi,relajamiento y apartarse de problemas.

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  3. Solo brevemente agradecerte una vez más tus líneas que enriquecen las perspectivas de quienes hemos descubierto todo el mundo que describes, con tanta claridad y pasión.gracias

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  4. La narrativa del capitán es sencilla y amena, da gusto leerlo.

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  5. Avatar de Juan Pablo Panozzo
    Juan Pablo Panozzo

    Un placer siempre leerlo Comandante, que lindo lo que narra, de los encuentros casuales con compañeros y colegas de esa maravillosa profesión. Una duda técnica en algún párrafo que lo leo.. «con solo el 97% la potencia, cambiar de nivel y mantener la misma velocidad» (dice Usted) ese «solo 97% la potencia» quiere decir que puede llegado el caso ser mayor al 100%..? es decir en una situación X se le puede aplicar a los motores 140%..? Muchas gracias, que siga disfrutando de lo que hace tan bien y además nos cuida en nuestros vuelos por Iberia. Saludos..!!!!

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  6. No sabes cuánto agradecemos estas entradas cada semana. Para los que amamos la aviación supone unos minutos de relax y de sentirnos casi viajando a tu lado. En un mundo con tantas noticias negativas, el poder leer estas líneas que siempre desprenden «buen rollo», además de conocer más sobre todos los procedimientos y sobre el ritmo de vida que lleváis, es todo un lujazo. ¡¡No nos dejes!! 🙂

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