Muy buenas noches, damas y caballeros,
Siento enormemente el retraso que hemos tenido en la salida del vuelo desde Miami, y ahora ya en la calma del crucero les puedo contar el porqué de la demora y algo más de lo que está pasando a bordo.
Llegamos bien al aeropuerto desde el hotel y el avión había llegado en hora desde Madrid, pero aparentemente en ese vuelo de llegada dos pasajeros tuvieron un “desacuerdo de opiniones” y una vez en tierra, según desembarcaron por la pasarela, llegaron a algo más que unas palabras. Tuvo que venir la policía aeroportuaria y los paramédicos, ya que alguien resultó herido, y como bien saben, las autoridades americanas se toman estos actos de violencia muy seriamente. Con lo cual no pudimos acceder al avión en hora dado que todo esto ocurría casi en la puerta del mismo.
Pero finalmente nos pusimos en marcha y aquí estamos, a 35.000 pies, dejando atrás las Bahamas y en dirección a Bermuda. Nuestra ruta hoy nos lleva bastante al norte, casi a la misma latitud de New York, y entraremos en la península ibérica por Aveiro, al sur de Oporto. Esta gran vuelta que damos hoy es para evitar a “Ernesto”, un huracán que está en esta zona del Atlántico y con quien no queremos tener ninguna relación. Los mapas meteorológicos nos dicen que todo está limpio en la ruta, pero creo que a la altura del meridiano 60 es posible que el final de la cola nos diga algo, es solo una percepción mía que ojalá esté equivocado. Lo veremos.

No sé si todos ustedes lo han visto, pero en el despegue he disfrutado como un niño chico.
Cada dos años los pilotos somos inspeccionados por la autoridad aeronáutica, es una inspección en vuelo, con ustedes a bordo y en operación normal. En este vuelo nos acompaña un inspector que nos viene a ver tanto a la copiloto como a mí. Aún con los años que llevo volando, y aún con las horas de vuelo que tengo acumuladas, siempre tengo la sensación de que debo estar alerta y no relajarme. Y hoy menos aún. En el vuelo de venida hacia Miami ha sido la copiloto la que ha realizado el vuelo y ahora me toca a mí regresar. Todo está saliendo bien y el ambiente en cabina es agradable y profesional.
El despegue de Miami por las pistas hacia el este inevitablemente nos llevó a sobrevolar el centro y la costa de Miami Beach, justo al poco de despegar. Intentaré describirles mis sensaciones.
El aeropuerto estaba bastante vacío, con poco tráfico, y nada más salir de la puerta de embarque nos autorizaron casi en línea recta hacia la pista 08R para despegar. Hicimos las pruebas y controles previos al despegue y allí llegamos. Alineé el avión con el centro de la pista mientras por detrás se acababa de poner el sol. Apliqué potencia de despegue y… “vamos a volar”. Una sonrisa se dibujó en mi cara.
Aceleramos rápidamente ya que es un vuelo corto y pesando 217 toneladas tan solo necesitamos 56.6 toneladas de combustible. Íbamos rápido hacia la V1.
“Rotación” y tiré suavemente del control. Régimen positivo y “tren arriba”. Ya estábamos volando.
Al fondo en mi horizonte veía cómo los rascacielos de Miami se acercaban, y el océano azul estaba detrás. Todo regado de una pátina amarillenta por el ocaso que estaba ocurriendo en aquellos momentos.
A mil pies, reduje potencia y comencé a acelerar para quitar los flaps de despegue. Bajé el morro del avión para acelerar y con ello y, sin quererlo, estábamos pasando sobre el Downtown, Brickell, los cruceros en el puerto y virando hacia Miami Beach en cuestión de minutos.
No hay música que pueda ponerle a esos momentos, no la hay: es el rugir de los motores, el sonido del aire sobre los cristales de cabina aumentando mientras aceleramos, el click de los arneses que nos soltamos, las conversaciones en la radio, es el palpitar de los corazones, es volar de nuevo. Y siempre es mágico.

Nuestros niveles de vuelo hoy serán 310-350-370-380 en plan de vuelo, quizás tengamos que cambiar algo a lo largo de la noche, pero tal y como está saliendo todo, seguramente llegaremos a Madrid 15 minutos antes de la hora de llegada oficial aprovechando el viento en cola en ruta, a pesar del retraso inicial.
Ustedes ya duermen porque acabo de regresar de mi paseo nocturno hasta el final del avión, es normal a estas horas de la madrugada. Voy a tomar mi segundo café cuando son las 04:52 en Madrid y hay una Luna casi llena maravillosa encima de nosotros, iluminando el camino a casa.
Si hoy tuviéramos que detener el vuelo e irnos a un aeropuerto en la ruta porque se rompiera algo o alguno de ustedes se sintiera indispuesto, hemos planificado la ruta para tener aeropuertos de apoyo tanto en Washington como Lajes en las Azores. Ahí están y su meteorología se mantiene dentro de lo normal para nosotros, pero casi mejor seguimos hacia Madrid ¿no?
Como siempre, es un inmenso placer y un honor compartir con todos ustedes estos vuelos entre una y la otra costa del Atlántico.
Muchas gracias y espero volver a verles de nuevo a bordo usando nuestras alas.


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