La aviación vista por un aviador

El miedo

Buenas y lluviosas tardes. Hace viento, bastante viento, y nuestro avión se mueve cual veleta de Iglesia en una tormenta de verano.

 

Tengo que ofrecerles mis más sinceras disculpas por estas sacudidas, sabíamos que nos encontraríamos con esta zona de turbulencia y les avisé antes de despegar, pero nunca pensé que llegara a convertirse en algo tan incómodo. Inevitablemente ya estamos aquí y a pesar de todos nuestros esfuerzos, hasta que no salgamos de ella no podremos relajarnos un poco más.

 

Este párrafo ya lo he dicho desgraciadamente en otros vuelos y no me agrada, es una de las pocas cosas que menos me gustan de este trabajo: cuando tengo que pedir disculpas al no poder cumplir con las expectativas de un viaje placentero y cómodo para ustedes por causas que se escapan de mi control.

 

Sé que esta turbulencia es desagradable para algunos de ustedes, para otros es algo normal y lo viven con resignación, pero para un grupo grande de pasajeros supone una situación muy, muy desagradable que saca a relucir una sensación mala: “el miedo”.

 

Es el miedo a volar algo muy común y de lo que no hay que sentirse avergonzado, sino al contrario, hay que afrontarlo con la inquietud de superarlo. Para ello hay cientos de libros, consejos, psicólogos, páginas webs, programas de compañías aéreas, etc… Este comandante tiene poca experiencia en ese campo, pero sí que puedo ofrecer unos pequeños consejos.

 

Son muchas las personas que al hablar de su miedo, focalizan sus temores en una gran tragedia… el avión cae y mueren todos… Su “miedo” obedece a una única causa: se rompe el avión, se paran los motores, la turbulencia o el piloto está enfermo… y ese torrente de miedo si no se maneja bien, les lleva al pánico.

 

¿Hay que tener miedo ? Por supuesto que hay que tenerle respeto y estar alerta ante una situación que no es natural. El hombre no se hizo para volar, pero como somos muy tercos y nos apasiona el reto, se ha convertido en una necesidad y siempre por diferentes razones. Así que ante el vuelo hay que ir con cierta atención. Pero el pasajero medio debe confiar en la gran cantidad de procedimientos y recursos humanos y mecánicos diseñados para que el vuelo sea placentero y seguro.

 

Y volviendo a esas causas que les causan temor, según mi experiencia, una manera muy sencilla de superarlas es dando respuesta a dichas preguntas. El miedo suele acudir al pasajero cuando este no encuentra respuesta a sus dudas, y la mente humana siempre llena esos vacíos en búsqueda de una respuesta. No solemos saber manejar la ignorancia tan bien como al temor y de ahí que la mente nos lleve a un estado de miedo antes de buscar con que rellenar esos vacíos de información.

 

A veces se suben al avión pasajeros sudando y temblando. Tienen que volar, “tienen” que ir allí, y ya han hecho un esfuerzo terrible al asumir que “van a volar”… Cuando hablo con ellos siempre su miedo es por algo terrible, que no saben qué es, pero que están seguros que va a tener unas consecuencias catastróficas. Es una actitud completamente irracional que carece de fundamento lógico y es necesario resolver dichas dudas que provocan este estado de miedo.

 

Primero deberían preguntarse ¿”qué es lo que me da miedo?” y después buscarle una explicación a esa terrible “cosa”. La aviación a pesar de lo joven que es (el primer vuelo fue en el 1903), ha avanzado muchísimo y hemos aprendido de nuestros errores de tal manera que ahora hacemos cientos de cosas y procedimientos antes, durante, y entre vuelos, porque a alguien anteriormente le ocurrió algo y hemos aprendido del cómo lo solucionó o ya sabemos el cómo se podía haber evitado tal accidente.

 

Así que preguntando seguro que encuentran la respuesta a ese temor. Pero seguro que después aparece otro temor, otra duda, otra pregunta…. ¡Pues pregunten de nuevo!, y seguro que poco a poco sus dudas y temores se pueden convertir en un aprendizaje que tendrá consecuencias muy interesantes:

 

Superaran ese miedo… , y el volar ya no será una pesadilla o algo que eviten a toda costa.

Volar se convertirá en un viaje, en un paseo a una nueva vida mucho más rica…

Se sentirán muy bien al superar ese hándicap, que a su vez quizás les ayude a superar otros… y

conseguiré volverles a ver de nuevo a bordo con sus sonrisas y preguntas.

 

¿Y a quien preguntar? Siempre se conoce a alguien relacionado con este mundo, existe mucha documentación disponible, pregunten en el avión a la azafata, al piloto, ¡pregunten!, no tengan vergüenza y salgan de dudas.

 

… No hay nada peor que no poder disfrutar el inmenso placer de ver el infinito lienzo de la noche pintada con sus millones de luces que llamamos estrellas, dando paso al nuevo día con el amanecer…

 

Y con estas reflexiones ya hemos superado esta zona de turbulencias con lo que vamos a ofrecerles un desayuno previo a nuestro descenso en Madrid, donde tendremos una mañana muy primaveral con viento y cielos algo grises, preludio de un fin de semana perfecto para disfrutar en familia y amigos.

 

 

Les deseo un muy feliz día y espero sus preguntas.

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3 respuestas a “El miedo”

  1. Hola Paco.Yo soy una de esas pasajeras con pánico a volar, hasta el punto de cancelar vacaciones un día antes de subirme al avión al verme incapaz de superar el «reto».
    Hoy afronto ese miedo con esperanza de poder superarlo gracias a la ayuda de un psicólogo y con un vuelo a Edimburgo en julio que es todo un desafío para mí, para demostrarme que puedo y que soy capaz de enfrentarme a mi mayor miedo.
    Gracias por este artículo.

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  2. Avatar de Martín Losardo
    Martín Losardo

    Felicitaciones excelente artículo.

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    1. Muchas gracias, espero que ayude..

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