Buenas noches señores pasajeros.
Lamentablemente hoy es una de esas noches en las que el Atlántico está muy revuelto.
Nos ha tocado una noche bastante movida, ya que a pesar de haber planificado el vuelo intentado evitar las peores zonas de turbulencia, estamos padeciendo estas sacudidas tan incomodas en las inmediaciones del meridiano 40.
Hay una corriente de aire muy frío que viene de la Península del Labrador que cruzamos perpendicularmente, y es inevitable, pese a volar al nivel más alto que puede el avión en estos momentos. Muy posiblemente al otro lado de la corriente estaremos más calmados.
Hace unos minutos estaba aquí en la cabina una compañera azafata preguntando cuánto tiempo iba a durar esta situación, ya que bastantes de ustedes están muy preocupados y con miedo o temor por estas turbulencias. Ya que están todos despiertos,a pesar de la hora, he aprovechado para darles un mensaje de tranquilidad transmitiéndoles calma y paciencia.
La conversación con la compañera ha girado entre otras cosas, sobre cómo las personas “no aeronáuticas” entienden o ven nuestro mundo. En especial nuestras familias y parejas. Es difícil ver que la persona a la que quieres se va de casa tres o cuatro días a otra esquina del planeta, lejos de casa , y se va feliz. Es difícil el ver como tu pareja regresa de trabajar agotado con sueño y contándote lo bien que se lo ha pasado con sus compañeros, y que no tenga ganas de hacer nada contigo el día que regresa.
Es difícil necesitar ese abrazo, ese anhelo de la palabra que te da tu pareja y no tenerla al lado, ni a una llamada de teléfono porque está en el aire, o durmiendo en otra zona horaria donde aún es de noche. Es difícil participar de actos sociales y familiares a solas con los hijos, porque tu pareja está trabajando muy lejos…
Esta profesión conlleva una carga altísima para todos los miembros de la familia. Adaptarse es la única manera de llevarlo bien y con felicidad. Quisiera desde aquí hacer un homenaje a todas esas parejas que se quedan detrás de los miembros de las tripulaciones, porque sin ellos no podríamos hacer lo que más nos gusta.
Gracias, muchas gracias.
Ya parece que se ha calmado un poco la turbulencia y muy posiblemente se mantenga así hasta que, llegando a Madrid cerca de la península puede que vuelva otra vez a moverse algo, aunque no con tanta fuerza como hace un rato. Nos espera una mañana fría en Barajas, pero un día soleado y fresco de Otoño.
Una vez más muchas gracias por volar con nosotros de nuevo, espero disfruten de sus estancia en España y volver a verles de nuevo.


Replica a Anónimo Cancelar la respuesta