La aviación vista por un aviador

TIEMPO

Muy buenas tardes señores pasajeros.

Hace ya casi una semana que no volaba, estuve disfrutando de unos días de descanso tras una primera quincena de mes algo tormentosa entre muchos vuelos por esta primavera que nos ocupa.

Usamos mucho las palabras «hace tiempo», y es que el tiempo muchas veces lo consumimos como si fuera un bien del que disponemos a raudales, y no nos damos cuenta de su límite.

Esta mañana, mientras estaba preparando la maleta para este vuelo, recibí una llamada de un número muy raro, de esos de centralita con muchos dígitos. Inmediatamente  supe que me llamaban de mi Compañía para comunicarme algo de nuestro vuelo de hoy. Y así fue, nos retrasaban 3 horas porque no había avión.

A pesar de tener que desplazar un buen número de unidades a Kiev para el partido del Real Madrid, preveían como es lógico tener disponible un avión para nosotros, pero debido a la huelga que hay en el espacio aéreo francés, el que teníamos asignado va a llegar con un gran retraso.

La única opción razonable ha sido la de esperar a que saliera uno que estaba en los hangares pasando cierto mantenimiento rutinario y poder salir hacia Miami.

No sé a qué actividad han podido dedicar ustedes este tiempo, si ya estaban o no en el aeropuerto, pero yo aproveché que estaba solo en casa para ir a comer con una muy buena amiga mía y así ponernos al día de nuestras cosas.

Ya de camino a Barajas iba pensado lo afortunados que somos al poder disponer de tiempo. Lo cierto es que elegimos a qué dedicar nuestro tiempo, y esto incluye también imponernos y asumir obligaciones y responsabilidades que nos lo ocupan, pero son elecciones de vida que al final del día nos hacen en mayor o menor medida muy felices. Desde esa perspectiva, yo dispongo de mi tiempo.

Hoy vamos a consumir 9 horas y 10 minutos en llegar al destino. Algo de turbulencia en la salida de la Península Ibérica, y llegando al destino parece que también porque el huracán Alberto está cerca de la Florida.

Estas palabras parecen normales y frías leídas así de golpe, pero es que hoy, tras el trabajo de un gran equipo humano en los hangares y en la oficina de despacho de vuelo, nuestra supervisión de lo planificado nos da una inequívoca señal de cierta alarma por las condiciones atmosféricas en destino.

Y esta «alarma» en la parte de atrás de nuestras cabezas, nos dice que hoy no hay prisas, a pesar del terrible retraso, hoy no hay prisas: hay que preverlo todo un poco más concienzudamente de lo normal.

Vamos con combustible extra por si hay que esperar allí, por si hay que desviarse por la ruta, y para poder ir a un alternativo de aterrizaje. Aun así, yo me guardo varios ases en la manga como por ejemplo ahorrar todo el combustible que pueda a lo largo de la ruta, aumentado si cabe esa reserva extra, y si la cosa se pone muy muy fea, estoy dispuesto a alejarme tanto de la Florida como ir directamente hasta Washington o New York. Así que llevamos margen de sobra, con lo que no me preocupo de nada más y disfruto de mi tiempo con ustedes a bordo de nuestro vuelo.

Obviamente soy muy consciente de las consecuencias que tienen estas decisiones, tanto para ustedes, como para la empresa y toda la tripulación, pero hoy vamos con mucho margen de maniobra para solventar adecuadamente cualquier situación.

Como les decía, “no me preocupo”, pero sí “me ocupo”, así que dejo mi relato que continuaré más tarde ya desde el hotel con el vuelo finalizado. ¡Hasta luego!.

…/…

¡Hola de nuevo!… ahora ya si, descansando tras una ventana de hotel que me muestra una ciudad gris y mojada por la lluvia.

Anoche, mientras nos acercábamos a la costa este de Estados Unidos era evidente que todo el trabajo que habíamos preparado antes de salir de Madrid estaba dando sus frutos, ya que Alberto estaba aún en el Golfo de México al sur de Nueva Orleans y no se había movido hacia el este. Aparte de algunas nubes que descargaron bastante agua, y algo de viento cruzado en el aterrizaje, llegamos sin mayor problema a nuestro destino: Miami.

Es una satisfacción enorme apagar los motores y sentir que ya está casi todo hecho y que ustedes están en el destino donde deben estar y – casi siempre – a la hora que les había prometido.

El tiempo pasa y solo nosotros elegimos en qué utilizarlo. Ayer toda la tripulación nos propusimos como meta aprovechar esas 9 horas de vuelo en hacerles sentir bien y aliviarles en lo posible el malestar del retraso. Confiamos en haberlo conseguido

Muchas gracias por su paciencia y espero volverles a ver en un próximo vuelo.

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2 respuestas a “TIEMPO”

  1. Buenas, me alegro que todo haya salido bien y sobre lo previsto. Gracias a vuestro gran trabajo. Me encanta como transmites la pasión por tu trabajo y la manera de hacer; previsora, calculada, conciente, responsable,… Por eso estas donde estás y haces lo que haces. Felicidades!

    PD: Por lo visto windy.com no se equivocaba, Alberto tiro hacia el norte pero no hacia el oeste. (lo comenté por Twitter) 😉

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