Muy buenas noches señores pasajeros.
Hoy no empiezo con el acostumbrado “una noche más …” ya que hoy sí que la noche es realmente especial para ustedes y para nosotros. Hoy vamos a un destino nuevo para todos: vamos a Dubái.
Hoy y desde temprano he estado sacando información sobre el destino, lugares donde ir y visitar en las breves 24 horas que estaré junto a mi tripulación en los Emiratos. He visto que es una pequeña ciudad con mucho lujo y esplendor. Estaremos alojados en un magnífico hotel muy cerca del aeropuerto y haremos algún tour por la ciudad para ver las atracciones turísticas que nos ofrece.
En cuanto al vuelo es todo nuevo y diferente para nosotros. Nuestro principal terreno de operación es el Atlántico y el continente americano, aunque en los últimos años hemos empezado a operar en Japón y China, pero nuestra gran área de confort es América. Así que el despegar hoy de Madrid hacia el Golfo Pérsico resulta inusual.
Técnicamente es un vuelo muy normal, incluso mucho más sencillo que los cruces del Atlántico porque no es ni considerado ETOPS ( operación con dos motores y alcance aumentado ), vamos por aerovías y bajo supervisión radar constante. Al ser tan “corto” llevamos poco combustible comparado con lo que estamos acostumbrados. Pero para nosotros, sobrevolar espacio aéreo de Túnez, Malta, Chipre, Egipto, Bahrain, Qatar y de los Emiratos, es algo nuevo y peculiar.
En la documentación hay un sin fin de datos y detalles específicos sobre estas zonas, sus permisos de sobrevuelo, las zonas prohibidas y/o restringidas. Hay áreas donde hay drones sobrevolando algo, frecuencias que han dejado de funcionar o han sido cambiadas... Pero lo que más nos llama la atención son las zonas de conflicto que,obviamente, evitaremos como son Siria, Yemen, Irak…lugares por los que no tenemos intención de ir, ya que nuestro plan de vuelo nos lleva por el buen camino, pero hay que saber dónde están esas zonas para el caso de tener que desviarnos por cualquier problema que pudiera surgir.
La meteorología nos acompaña ya que estamos volando a una media de unos 1000 kms/h ayudados por un fuerte viento que va por todo el Mediterráneo en dirección al Mar Rojo. En Dubái nos espera una madrugada fresca (para lo que ellos acostumbran ) y despejada. Estamos llegando unos 40 minutos antes de la hora programada, así que todo va bien.
El avión es uno más de la flota al que tan solo han tenido que actualizarle la base de datos de aeropuertos y rutas para poner a nuestra disposición toda la información que requiere un vuelo hacia estas zonas. El resto de equipos del avión está funcionando al 100% correctamente y no hay ningún problema.
Entre los pasajeros llevamos a uno muy especial, es un compañero del departamento de mantenimiento que nos acompaña con la finalidad de atender al avión a nuestra llegada al destino. En Dubái nuestra empresa no tiene ningún personal y todo hay que contratarlo, así que en nuestro caso llevamos un mecánico para atender cualquier problema que surja y también la propia escala del avión, que regresará a Madrid a las pocas horas de nuestra llegada pero sin pasajeros.
Unos compañeros nos esperan en Dubái donde llegaron ayer volando como pasajeros de otra compañía, y «conducirán» el avión a España al igual que nosotros, tras un descanso de unas 24 horas, volveremos igualmente como pasajeros en otra aerolínea con una escala en Londres.
Estos son esos detalles que hacen a este vuelo algo tan especial. Aunque lo realmente único de esta ocasión son ustedes. Son un grupo de clientes que han organizado este viaje de dos semanas por Oriente Medio visitando estas tierras tan lejanas. Viniendo desde el otro lado del Atlántico y algunos hasta desde las costas de Pacífico, me alegra mucho verles las caras de emoción y felicidad sabiéndose sobre nuestras alas.
Es para todos nosotros muy reconfortante recibir este cariño de todos ustedes.
Ahora ya sí que estamos en zona nueva: acabamos de entrar en espacio aéreo de Egipto y la voz suena diferente, distinta, nunca antes había oído un acento en inglés así. Los nombres de las otras compañías que nos rodean también son raros para nosotros. De ahora en adelante todo está por descubrir. Alejandría estará a nuestra izquierda dentro de unos minutos. Poco más allá está la ciudad del Cairo y el Canal de Suez aunque es una pena porque es de noche y me encantaría ver desde el aire esas monumentales obras de la mano del hombre. Subimos a nivel de vuelo 390.
El brillo de la Luna sobre las aguas del Nilo se vislumbra entre las nubes, ya estamos sobrevolando Hurgada y ahora empezamos a cruzar el Mar Rojo. Otro hito para nosotros.
Dejando la Meca y Medina a nuestra derecha pondremos rumbo Este hacia Damman y Bahrain. Volvemos a ver ciudades fuertemente iluminadas. Arabia Saudí me ha parecido oscura desde aquí arriba, aunque hay una luna llena espectacular que lo ilumina todo con ese tono plateado con que cubre nuestros suelos, no había muchas ciudades.
El mar está lleno de las luces de barcos y las fuertes llamaradas de los pozos de petróleo. Ahora ya con rumbo sur vamos hacia Dubái, a la izquierda Irak y ya empezamos a preparar la aproximación.
Es la primera vez que vamos y nos han cambiado la ruta de entrada ya dos veces. Hay bastante tráfico a estas horas de la noche y noto el silencio en cabina ya que ambos estamos concentrados y atentos.
Un último viraje sobre las dunas y allí al fondo aparecen las luces de la pista. Llegamos a un aeropuerto desconocido pero todo son ayudas y aparcamos sin problemas en donde nos esperaban. Creo que todos y cada uno de los pasajeros se han parado a pie de avión para tomarse una foto con nuestros colores. Desde la cabina y con la ventana abierta entra una brisa muy agradable, ya estamos aquí.
Muchas gracias por elegirnos, hoy nosotros hemos disfrutado tanto o más que ustedes en este viaje.
Hasta la próxima y una vez más: gracias.


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