Buenas tardes señores pasajeros, acabamos de pasar ya la zona de turbulencias de la que les había hablado al poco de comenzar el vuelo. Es una zona que comprende muchas millas cuadradas desde casi el meridiano 60 oeste hasta pasada la República Dominicana y un ancho de unas 200 millas.

Ya hace un rato nos avisó el control oceánico de New York y nuestros compañeros de vigilancia de vuelos desde las oficinas en Madrid. Hemos tenido que sortear bastantes células muy grandes y altas que amenazaban con fuerte turbulencia y engelamiento hasta niveles superiores a los máximos del avión. Hoy, gracias a los controladores,  hemos podido superar estas zonas tan cargadas de actividad nubosa y ahora mismo vamos muy bien, ahorrando algo de tiempo y combustible, así que parece que el vuelo está saliendo según planeado.

Ahora ya tan solo nos quedan un par de horas para llegar al Coco donde otra vez parece que hay algo de actividad tormentosa ( cosa normal en esta época del año en Centroamérica ) así que una vez más tendremos que incomodarlos un poco con las turbulencias, aunque haremos todo lo posible para “suavizar” el camino.

Dentro del cambio generacional que estamos viviendo en la compañía, con nuevos y jóvenes pilotos, directivos y empleados en general, hay un colectivo muy numeroso que también está pasando por este proceso de rejuvenecimiento, y es el de los TCP’s. Este mes en los dos vuelos que he realizado he coincidido con dos compañeras que hacían sus primeros cruces del Atlántico trabajando. Ha sido interesante ver sus caras de concentración durante los briefings y la tensión contenida a lo largo de la operación. Profesionales como todos, siempre están pendientes de dar lo mejor de sí en cada situación. Pero inevitablemente se les nota la emoción de hacer esta gesta por primera vez, que es unir dos ciudades separadas casi por un tercio del perímetro del planeta en unas pocas horas, y además cómodamente.

También hoy vamos con uno de esos copilotos bajo supervisión que antes de entrar en la compañía estuvo 10 años volando en el Ejército del Aire nada más y nada menos que el F18. ¿ Qué más puede pedir un comandante que tener este tipo de compañeros nuevos ?

Dadas las condiciones meteorológicas de hoy, ya antes de salir cambiamos el alternativo de aterrizaje que usamos normalmente por otro más lejano para tener algo más de combustible y a mayores, añadimos combustible para estar sobrevolando el destino durante 20 minutos, en caso de que al llegar estuviera una tormenta sobre el aeropuerto,  y así esperar a que se desplace e intentar aterrizar más tarde. Siempre preferimos llevar algo más de combustible a bordo para intentar aterrizar en destino, antes que apostar a ir con el combustible justo y tener que irnos al alternativo con el trastorno que a ustedes esto les produciría.

Como dato curioso, hoy llevamos la bodega delantera del avión a una temperatura de 5°C durante todo el vuelo por petición del departamento de carga. Esto se debe a que llevamos ciertos medicamentos y carga que han de ir a esa temperatura. Cuando solo llevamos maletas y carga normal este control de la temperatura no lo usamos, y a pesar de que dicho compartimento va presurizado, su temperatura suele ser bastante superior a la necesitada por esta carga especial. Y ustedes se preguntaran ¿y qué?

Pues este modelo de avión nos permite enfriar ese compartimento a demanda, pero con un coste de combustible que está tabulado en un 1% del total requerido para el vuelo. Así que si hoy hemos calculado antes de salir un consumo de 61580 kgs. de combustible, hagan ustedes sus cálculos para ver lo que normalmente nos ahorramos cuando no es necesario ese control térmico y multiplíquenlo por todos los vuelos que hacemos al día con estos aviones. Interesante dato para la economía y para el medio ambiente.

Antes de despedirme de ustedes hasta el próximo vuelo,  no puedo dejar de mencionar un detalle de hoy: nos acompaña un conocido que a través de una red social se puso en contacto conmigo ya que vuela mucho y siempre  con nosotros. Casualmente hemos coincidido en este vuelo. Finalmente nos hemos puesto cara y hemos charlado un ratito. Es interesante conocer personas así y finalmente vernos nada más y nada menos que a 11.000 m sobre el mar.

Muchas gracias una vez más a todos por usar nuestras alas, sigan disfrutando de lo que nos queda de vuelo y hasta la próxima.