La aviación vista por un aviador

VOLVIENDO A CASA

Muy buenas tardes señores pasajeros.

Estamos a unas 150 millas de cruzar el paralelo 30 Oeste, manteniendo nivel de vuelo 370 y, aunque con viento en cara, estimamos llegar a Lima antes de la hora programada para este vuelo de 11.300kms.

Hacía unos 15 días que no volábamos en la empresa matriz, ya que nos asignaron dos vuelos en la filial de bajo coste con base en Barcelona. Un vuelo a Ezeiza y otro a Los Ángeles. Fueron mis primeros vuelos en esa empresa y ha sido interesante y refrescante. Vuelos largos realizados con el A330-200, el pequeño de la familia. El servicio a bordo es diferente y desde las texturas, a los colores están todos estudiados para ofrecer al pasajero una nueva forma de volar y viajar.

A nosotros nos afecta en tanto en cuanto el servicio de catering es diferente, la operación desde el Prat con avión pesado es algo nuevo, y las tripulaciones auxiliares son de un perfil y carisma distinto. Hay un clima a bordo diferente y eso nosotros lo notamos desde el primer minuto en el briefing de conformación de la tripulación. Aún así todo el proceso técnico del vuelo es igual al de cualquier otro, aunque añadiéndole un factor nuevo por lo largo de las rutas para este modelo de avión, y porque al llegar a los destinos no estamos tan arropados por el personal de tierra que si nos acoge en la empresa matriz. No significa que estemos abandonados de la mano de Dios, pero sí que se nota un factor de autosuficiencia que hemos de suplir las tripulaciones a la hora de movernos en los aeropuertos y en los transportes por tierra.

El A330-200 es un gran avión y siempre nos deja muy buenas impresiones por su potencia y capacidad de autonomía. Es cómodo (para nosotros) y silencioso. Siempre es un inmenso placer visitar Buenos Aires, y Los Ángeles también, aunque las 9 horas de cambio horario son duras de superar en tan poco tiempo de estancia.

Hoy en cambio vamos en el A350 más moderno de la flota, todo huele a nuevo, a plástico, los interruptores están limpios, los paneles no tienen polvo, las luces brillan por igual. Pero lo que más me gusta es la sensación al volarlo a mano, pareciera que hace tan solo 24 horas que lo volaba, y en la rotación me he sentido muy a gusto.

V1, Rotación y una vez con el tren retraído, silencio en cabina. Mucho silencio, es increíble ver como con los motores a tan solo el 77% de la potencia, subíamos a unos 3000 pies por minuto pesando casi 246 toneladas.

Ahora consumimos 100 kg/min mientras nos movemos a 890 km/h pesando 223 toneladas. Son datos impensables hace 10 años y en tan breve espacio de tiempo la tecnología ha avanzado tanto que hoy somos los afortunados y privilegiados usuarios que podemos disfrutar de estas maquinas tan eficaces y cómodas. Posiblemente dentro de 10 años queden obsoletas, pero ahora mismo me parece increíble ser yo el que está aquí sentado a la izquierda viendo este espectáculo.

Todo es blanco allá abajo, nubes bajas cubren esta zona del océano. Las gafas de Sol son imperativas mientras la radio va silenciada y vamos viendo cómo pasan las millas. No nos movemos nada, o al menos eso parece. Si no fuera por los instrumentos daría esa sensación, no hay nada que nos sirva de referencia visual para darnos una idea del movimiento. Hasta el Sol está siempre en la vertical, acompañándonos en nuestro viaje hacia el oeste.

En unas horas sobrevolaremos Barbados, Margarita y Puerto Ayacucho en Venezuela. De allí cruzaremos Colombia en línea recta hacia Iquitos en Perú y desde allí comenzaremos la aproximación a Lima. Antes de eso tendremos preparado el cruce de la cordillera de los Andes, que por su altura hemos de considerar un posible descenso de emergencia ya sea por fallo de motor o despresurización. Sea como fuere, tenemos vías de escape en ese descenso controlado para poder llegar a una altitud con atmósfera respirable evitando los grandes picos montañosos de la zona.

Este como tantos otros, es uno de esos filtros que siempre vamos poniendo al error, al causante “malo” que nos pueda llevar a una situación comprometida. Lo mismo que aquí ahora, en mitad del océano, tenemos a detrás de nosotros a Lajes y Lisboa, aunque en un rato pasaremos a apoyar el vuelo en el aeropuerto de Barbados para el caso hipotético de que nos sucediera algo.

Ustedes descansan y disfrutan de una amplia oferta de entretenimiento a bordo, ¡aunque nada es comparable con estas vistas!, y no lo digo para darles envidia, tan solo constato un dato: la naturaleza es el mejor documental y serie que se pueda disfrutar desde este mirador tan privilegiado.

Una vez más, muchas gracias por volar con nosotros, usando nuestras alas. 

Espero descansen y verles de nuevo a bordo.

Si te ha gustado, déjame tu mail y recibirás un correo con un aviso cada vez que publique una nueva entrada al Blog.

Volver

Se ha enviado tu mensaje

Advertencia
Advertencia
¡Aviso!

5 respuestas a “VOLVIENDO A CASA”

  1. Avatar de eleazar eduardo
    eleazar eduardo

    Excelente ?? comandante

    Obtener Outlook para Android ________________________________

    Me gusta

  2. Veo su 350 comandante ya pasado Iquitos a 12190m, pero mi pregunta ¿es tan normal una falla de motor o presurizacion en vuelos trasatlánticos? Cuantos de estos episodios le ha pasado? Saludos desde Canarias.

    Le gusta a 1 persona

    1. A mi en 22 años de cruces del océano, nunca. Pero hay que estar atento.

      Le gusta a 1 persona

      1. Eres el mejor. Siempre lo dije y lo mantengo.

        Me gusta

  3. Es increíble lo que la tecnología unida al hombre es capaz de conseguir. Grande Paco!

    Le gusta a 1 persona

Deja un comentario