La aviación vista por un aviador

UN PEQUEÑO PASO

Muy buenas noches señores pasajeros. La noche es muy oscura, tanto que no hay ni Luna, no hay referencias visuales algunas y a las estrellas tampoco las vemos ya que nuestras pupilas estás acomodadas a la luz artificial de la cabina.

Acabamos de solicitar a control de Santa María cambiar de nivel y subimos hasta 40 mil pies desde 38. El avión sube a casi tres mil pies por minuto que, en estos aviones grandes y comparándolo con el A340, es algo bastante notable. Suavemente comienza una leve turbulencia pero que se acaba a los pocos minutos. Mirando fuera fijamente y dejando que mis ojos se adapten a la oscuridad, me parece empezar a ver la línea del horizonte y algunas nubes lejanas.

Hoy es un vuelo muy especial para nosotros ya que es el último vuelo de dos de nuestros compañeros TCP´s a bordo. Al llegar a Madrid dejaran sus alas en la mesa de noche para siempre. En los últimos años he firmado bastantes postales de despedida como la de ellos dos. Miles de horas de vuelos que de repente se acaban. Todos nos vamos preparando para ese día, para ese vuelo, ese último aterrizaje. Pero no debe ser fácil ni sencillo. Un acto de superación personal muy grande el saber que hasta el último momento no hay decaimiento ni reducción de la actividad: es de golpe y en seco, se paran los motores y ya es definitivo. Al menos estos motores de la profesión aeronáutica, porque cada uno tiene sus proyectos vitales independientes y ajenos a este mundo, con los que seguir adelante.

Todos tenemos nuestros héroes, nuestros sueños, y metas inalcanzables. Cuando era pequeño quedé enganchado a los primeros resultados de aquello que se llamaba la “Carrera Espacial”. Eran los años 70 y ver en las pantallas de aquellas televisiones a los primeros astronautas en la Luna, los satélites, el Skylab y más tarde la ISS. Unos pocos años más tarde recuerdo presenciar en televisión también los lanzamientos de los transbordadores espaciales y las desgracias del Columbia y del Challeger. También estaban los lanzamientos del bloque soviético con el famoso Sputnik y los Soyuz.

Eran unos hombres y mujeres que siempre me llamaron la atención y que a pesar de saber que siempre sería y será, un imposible había y existe un acto de fuerte egoísmo dentro de mi que desea con mucha fuerza el poder subir allá arriba y ver la redondez de este planeta azul desde lejos. Sentir la ingravidez, superar cualquiera de los miles de retos que supone sobrevivir y trabajar en el espacio: vestirme, sustituir un aparato sensor que ha fallado por otro nuevo, comer, comunicarme con la superficie, trabajar en un estudio para obtener un combustible o motor que haga el viaje estelar más rápido y sencillo, o simplemente ayudar en la sintetización de alguna proteína que ayude a cualquier enfermedad humana,etc.

En el espacio absolutamente todo es un reto, y poder formar parte del exclusivo grupo de seres humanos que han salido del planeta, es uno de los que siempre me han acompañado en mi vida, desde pequeño. Leí mucho sobre el factor humano de la vida en el espacio durante períodos largos de tiempo, y también leí bastante sobre los aspectos técnicos y el desarrollo de la ciencia que nos llevó desde los aviones hasta el espacio. Siempre me ha atraído mucho todo ese mundo y me queda muchísimo por aprender.

Cuando pude ir y visitar el Smithsonian, disfruté desde muy cerca lo que aquellos primeros locos aventureros y pioneros hicieron, los medios que tenían y la ilusión con la que hicieron lo que hicieron hasta llegar a la Luna, es algo que siempre he envidiado, y me ha maravillado.El ordenador desde el que les escribo estas palabras tiene mucha más capacidad que posiblemente todos las “computadoras” que en aquellos primeros años tenía todo el presupuesto de la NASA.

Era 1969 cuando el Eagle llegó en son de Paz a la Luna y aterrizó en las manos de un señor de ojos azules. Ahora mismo hay varias personas allá arriba trabajando por encontrar soluciones y mejoras a nuestros problemas acá abajo. Héroes que se suben a un petardo que tiene varios millones de libras de empuje, que comparados con los de los motores de este avión, es una cifra desorbitada. Irónicamente, precisamente para ponerse en órbita.

Amanece por fin y los ocres y naranjas se mezclan con los grises y azules. Cielo y océano se funden en una línea confusa de luz y tinieblas que se van aclarando mientras el nuevo día comienza en este lado del mundo.

En aproximadamente hora y media comenzaremos el descenso a Madrid, donde recientemente han cambiado todos los caminos de entrada y salida para mejorar y optimizar el espacio aéreo. Nuevos puntos y nuevos procedimientos que hemos repasado en los últimos días y también hace un ratito mi compañero y yo hemos vuelto a releer.

Aterrizaremos en Madrid donde ustedes disfrutaran de un lindo fin de semana y nuestros compañeros se despedirán de esta profesión comenzando un nuevo andar. Héroes que han llegado hasta aquí sin un solo accidente en sus alas y millones de pasajeros en sus vuelos, rodeados de amigos y familiares saldrán por la puerta del avión para nunca más volver a entrar de uniforme.No se extrañen ustedes si en mi mensaje de despedida por los altavoces, hago alguna mención al respecto y notan alguna lagrima correr por la cara de los miembros de la tripulación, disfruten de este entrañable momento, aplaudan si así lo sienten y disfruten de estos minutos que aún nos quedan de vuelo.

Una vez más muchas gracias por usar nuestras alas y cómo siempre, esperamos volver a verles de nuevo a bordo.

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5 respuestas a “UN PEQUEÑO PASO”

  1. Avatar de Jose Carlos CM
    Jose Carlos CM

    La publico otra vez porque no la veo en mi pantalla y creo que no se publicó. Si alguien lo ve duplicado, por favor, disculpen.

    Buenas tardes comandante, en esta ocasión la lágrima ha sido mía de imaginar la situación, me han venido a la mente los videos que he visto en Youtube despidiendo a un compañero que se jubila, un comandante, un TCP… y siempre es emotivo sabiendo que tu trabajo consistía en pasar la mayor parte de la jornada metido en una lata, lanzada a 1000 km por hora a 11.000 metros del suelo o del mar, y lo que muchos podrían llamar «peligro» era el día a día de esas personas. Un abrazo a las que terminan dejando tras de sí tantas horas colaborando a hacer realidad tantos sueños de aquellos que vuelan de un lado a otro.

    Y por otra parte, comandante, me ha venido una duda a la cabeza: estos relatos los escribes a bordo del propio vuelo? o lo escribes una vez has llegado a tu casa tirando de memoria? es que el detalle con el que describes cada suceso o lo que ves por la ventana frontal de tu oficina es tan exquisito y poético que pienso esas palabras tuvieron que haber sido «cocinadas» in situ, porque a toro pasado que también es posible, igual no afloran tal cantidad de detalles ni belleza en esos relatos… o sí? Tanto en un caso como en otro, nuevamente enhorabuena por tan maravillosa y amena lectura, que llegado el final, a mi también me toca aterrizar y continuar mi día. GRACIAS.

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  2. Avatar de Jose Carlos CM
    Jose Carlos CM

    Me he quedado sólo aquí?

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      1. Avatar de Jose Carlos CM
        Jose Carlos CM

        Porque no veo a nadie más, y siempre somos unos cuantos los que comentamos… pensaba que yo tenía un problema con mi ordenador…

        Le gusta a 1 persona

  3. Buenas tardes comandante, en esta ocasión la lágrima ha sido mía de imaginar la situación, me han venido a la mente los videos que he visto en Youtube despidiendo a un compañero que se jubila, un comandante, un TCP… y siempre es emotivo sabiendo que tu trabajo consistía en pasar la mayor parte de la jornada metido en una lata, lanzada a 1000 km por hora a 11.000 metros del suelo o del mar, y lo que muchos podrían llamar «peligro» era el día a día de esas personas. Un abrazo a las que terminan dejando tras de sí tantas horas colaborando a hacer realidad tantos sueños de aquellos que vuelan de un lado a otro.

    Y por otra parte, comandante, me ha venido una duda a la cabeza: estos relatos los escribes a bordo del propio vuelo? o lo escribes una vez has llegado a tu casa tirando de memoria? es que el detalle con el que describes cada suceso o lo que ves por la ventana frontal de tu oficina es tan exquisito y poético que pienso esas palabras tuvieron que haber sido «cocinadas» in situ, porque a toro pasado que también es posible, igual no afloran tal cantidad de detalles ni belleza en esos relatos… o sí? Tanto en un caso como en otro, nuevamente enhorabuena por tan maravillosa y amena lectura, que llegado el final, a mi también me toca aterrizar y continuar mi día. GRACIAS.

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