La aviación vista por un aviador

¿Bailamos?

Muy buenas noches, señores pasajeros, y bienvenidos a bordo. 

La tarde comenzaba un poco atravesada.

El servicio que la compañía tiene contratado para el transporte de las tripulaciones en Boston llegó tarde a nuestra recogida al hotel. En concreto llegó casi 20 minutos tarde, y esto supone el principio de una serie de problemas que según pasan los minutos puede ir creciendo como una bola de nieve por la ladera de la montaña.

Yo pensaba que recuperaríamos algo del tiempo en el viaje al aeropuerto ya que está relativamente cerca y así podríamos acortar la demora. No fue así,  ya que uno de los túneles que une la ciudad con el aeropuerto estaba cerrado por obras. Para colmo, el aeropuerto también estaba sufriendo unas obras en las carreteras de acceso a las terminales que nos impidió recuperar algo de tiempo llegando incluso a incrementarlo.

Una vez en la terminal, todo fue mucho más rápido con los controles del TSA llegando rápidamente a la puerta E8. A pesar de ser un aeropuerto de una ciudad importante y grande, Logan está repartido en varias terminales que son como pequeños aeropuertos de un tamaño muy manejable.

Al llegar al avión, la tripulación auxiliar ya estaba más que lista y tenía todo preparado para el embarque, cosa que comenzó nada más llegar nosotros a cabina. Es mi turno para volar en este vuelo así que comenzamos a preparar la cabina para el vuelo. Hemos recibido hace rato la información en nuestras tabletas y en la puerta de embarque nos han dado la documentación oficial y en papel. Mientras cargo los ordenadores de a bordo con la ruta de hoy mi compañero está fuera del avión haciendo la inspección prevuelo.

Las bodegas están cerrándose ya y, a pesar del gran retraso que llevábamos antes, conseguimos cerrar las puertas del avión y soltar frenos para comenzar el vuelo con solo 7 minutos de retraso. La labor del equipo es fundamental para conseguir la meta común.

Comenzamos el retroceso y ambos notamos la fuerza brutal que tiene el tractor que nos empuja, nos llama la atención por su brusquedad y potencia. Ponemos en marcha el motor número 1, el de la izquierda. Y tras la puesta en marcha suena un “PIM”.

Ambos miramos la pantalla central donde hay un mensaje que dice: F/CTL ELEVATOR SERVO FAULT. Efectivamente nos ha fallado uno de los ordenadores de a bordo que controla uno de los mandos de vuelo, y comienza el procedimiento.

Es un baile coordinado y muchas veces entrenado y preparado entre los pilotos bajo el ritmo de la misma sinfonía. Los brazos vuelan llevando a las manos cerca del interruptor adecuado, las cabezas vuelan filtrando información y tomando decisiones. El compañero habla con control de plataforma para decirles que nos vamos a retrasar en movernos de allí porque tenemos un problema técnico. Yo hablo con el mecánico que nos hace el retroceso y le explico lo que nos ha ocurrido.

Mientras esto ocurre, el copiloto ya ha sacado la lista de equipo mínimo para ver si podemos volar así, ambos leemos que no es posible y que en el caso de este fallo hay que hacer un reset al ordenador que ha fallado, y así lo hacemos. Pero antes hay que localizar bien cual es el botón que vamos a tocar y lo hacemos usando la doble comunicación ya que son botones que raramente usamos y su acción es sensible.

Oigo como un tráfico de Swiss solicita a la torre si pude hacer algo para evitarnos y así rodeándonos poder seguir su camino a la pista de despegue, igualmente un avión de Japan está pendiente para entrar a su puesto de estacionamiento y no puede porque bloqueamos mucho espacio de la plataforma. Tenemos prisa.

De repente aparece en la radio un mecánico nuevo que nos dice que hagamos un reset a todos los ordenadores de mandos de vuelo del avión. Con lo que habíamos hecho anteriormente no pudimos recuperar nada, pero una vez realizado este nuevo reset de máximos parece que recuperamos todo. Los segundos son largos. Hacemos una prueba de mandos allí mismo, leemos la lista de después de puesta en marcha y volvemos la momento en que el otro baile del vuelo, el normal, se había interrumpido.

Las comunicaciones son muy intensas en la frecuencia de plataforma de Logan este día de regreso de fin de semana y en pleno verano, pero superado este momento de estrés intenso con un fallo severo de ordenadores de mandos de vuelo, pedimos permiso para rodar a la pista de despegue y, nos autorizan, pero a otra distinta para la que nos habíamos preparado el despegue.

Así que comienza otro baile, pero esta vez menos dramático. Mientras el copiloto hace cálculos de despegue de la nueva pista y yo busco en la carta de rodaje el camino a seguir instruido por la torre. Una vez que él lo tiene ya listo, le doy el avión para que él siga rodando detrás de un avión de United y yo hago los mismos cálculos para confirmar que están bien hechos y cambio la pista de despegue y posterior ruta de ascenso en los ordenadores de navegación del avión.

Una vez realizado esto y, doblemente comprobado, recupero el control del avión volviendo a una situación normal de un vuelo normal sin estos cambios y averías de ultima hora. Tan solo han pasado 13 minutos desde que quitamos los frenos en el parking para comenzar el retroceso. Mucha tensión, control y toma de decisiones en poco tiempo. El entrenamiento y los años de experiencia me han demostrado que cuando las circunstancias piden prisas, a veces hay que dar un breve paso a un lado y ver la situación al completo para identificar los lugares por donde se nos puede colar el enemigo, el error. Sin prisa pero sin pausa, mimando la comunicación mutua, siendo muy delicado con los tiempos y comprobando todo dos veces siempre, hemos «bailado» sin que se nos colara el “malo”.

Estábamos ya acercándonos a la nueva pista de despegue, la 09, cuando procedimos a poner en marcha el motor 2 de manera que estuviera estabilizado 3 minutos antes de exigirle potencia de despegue. Listas de antes del despegue y allá que nos fuimos en dirección Provincetown en el final de Cape Cod.

De allí seguimos por el paralelo 42 y el 43 hasta Aveiro, Plasencia, Toledo y finalmente Madrid donde nos espera un día caluroso llegando a los 42 grados esta tarde. Cuantas prisas.

Todo ocurre tan rápido que sorprende e impresiona incluso a los que nos encontramos en este baile y estas músicas.

Boston tiene mucha historia en mí. Es donde comencé a crecer y extender las plumas de mis primeras alas. Allí tuve una vida intensa durante casi 7 años donde, entre otras cosas, hice muy buenos amigos. Allí dejé algo de familia, familia que la distancia nos había separado más allá que los miles de kilómetros que tiene el Atlántico de ancho. Aprovechando esta ocasión he tenido la oportunidad de cerrar un circulo y reencontrarme con algunos de ellos. Necesitaba la alegría de los abrazos, los recuerdos y pedir un sincero perdón.

Ahora vamos todos aquí tranquilamente a bordo y de regreso a España. Y yo estoy feliz por volar, por poder haber cerrado ese circulo, por aliviar alguna de las mochilas del pasado. Hoy estoy especialmente feliz por algo más que no es solo volar.

El Atlantico está a oscuras y sin nubes, aunque la luna está en cuarto creciente, aún no ilumina mucho el camino. Nos vamos cruzando con otros aviones que van o vienen sobre el océano cada uno, al igual que el nuestro, llevando y trayendo cientos de historias a bordo.

Hoy llevamos a un perrito en la bodega y es de una familia americana que se muda a Madrid y que me encontré antes en el mostrador de facturación. Me preguntaron por su mascota, y desde aquí veo queva muy bien a unos amables 22 grados en la bodega 5.

Así que por ahora nada más, disfruten de esta tan breve noche y muchas gracias por usar una vez más nuestras alas. 

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8 respuestas a “¿Bailamos?”

  1. Buenas tardes, Paco.
    Me comentaba ayer un compañero de Vueling que el A350 ha realizado pruebas de vuelo sin piloto partiendo desde el arranque de motores y finalizando con su apagado. Seguidamente divagamos sobre la posibilidad de que, en un futuro, desaparezca esta maravillosa profesión…….

    Te escribí un día una frase que decía «Los ordenadores son buenos para seguir instrucciones no para leer la mente»

    Cuándo ocurre una eventualidad como la que has descrito ¿No se hace imprescindible la componente humana?

    Todos los procedimientos que llevasteis a cabo los puede llevar a cabo un programa pero puede darse el caso de que no todas las variables estén declaradas en el mismo.

    Un abrazo.

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  2. Vaya estrés; en un momento la de cosas que pueden pasar.

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  3. Como siempre, con esa forma de narrar uno se siente en la cabina sintiendo el estrés de esos eternos segundos. Saludos!

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  4. Avatar de Juan Pablo Panozzo
    Juan Pablo Panozzo

    Buenos días Comandante, que esté disfrutando la posta en MAD o preparando ya un nuevo cruce del océano, un placer leerlo siempre..!!!! Muy bueno lo que narra, que no todo es mundo aeronáutico y que ha disfrutado otros momentos familiares y amigos, los reencuentros son felices casi siempre, máxime cuando ha pasado cierto tiempo.
    Se lo ve reluciente al A350 y aún más con la llegada del perrito a Madrid jajajaja que bueno que se lo cuide de esa forma y hasta haya podido tener tiempo de verle en bodega y temperatura adecuada para su viaje 🙂 quienes amamos a los 4 patas y forman parte de nuestras familias lo sabemos 🙂
    Es verdad lo que dice alguna lector, tiene muy buena narrativa Francisco y eso hace sea más ilustrativo, además de atraparnos con la lectura. Buena semana..!!!!! Saludos, gracias a Usted.

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    1. Muchas gracias Juan Pablo. Saludos

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  5. Leo cada una de estas narraciones cual capítulo de novelas por entregas.Creo Comandante López que tiene Ud.un escritor entre sus facultades y hobbies🙌👏👏👏.

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    1. Muchas gracias. La inspiración me viene de las alturas.
      Saludos

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