La aviación vista por un aviador

La primera hoja del libro 2024

Muy buenas noches, damas y caballeros,

Esta noche es maravillosa.

Como siempre, aquí estamos sobre nuestras alas y ya llevamos unas 7 horas y media de vuelo de camino a Madrid. Atrás quedan ya Santiago, los Andes, Argentina, Paraguay y toda la inmensidad de Brasil. Por delante tenemos la oscuridad del Atlántico, Cabo Verde, Canarias y, finalmente, Huelva en la península Ibérica, Lepes, Toledo y Madrid en una de las rutas más largas que hacemos uniendo Chile y España. Casi 11400 kilómetros entre ambas ciudades. Increíble, ¿no les parece?

En este primer vuelo de 2024 mi puesto en el escalafón, o jerarquía de la tripulación, es el de comandante de refuerzo ya que siendo un vuelo tan largo vamos 4 pilotos conformados en dos tripulaciones que nos turnamos de forma que siempre hay una tripulación volando y otra descansando. Tan solo en las fases de despegue y aterrizaje estamos los 4 en cabina, pero el resto del tiempo lo distribuimos para tener 4 ojos frescos y mentes descansadas en cabina en este vuelo de, tan solo, 12:03 horas, ya que vamos en un A350 y ya ustedes saben que este modelo de avión vuela más rápido que el resto de las flotas de largo radio.

Esta mañana cuando estábamos en Santiago y comenzábamos la maniobra de retroceso mis ojos se cruzaron con el señor operario de la pasarela por la que ustedes abordaron al avión, y me preguntaba si esas personas son conscientes de que cuando nos despiden a través del cristal de la cabina están diciendo hasta pronto a unas personas y a una máquina que se dirigen a sitios muy lejanos y dispares.

Desde Santiago hay aviones volando a ciudades cercanas, obviamente, pero también al resto del continente. A Europa, a lugares como España, Inglaterra, Francia o Alemania. Pero hacia el otro lado también, aquí hay aviones que se dirigen hacia Australia. En cada aeropuerto y en cualquier ciudad del mundo, los viajes comienzan con un breve saludo de la mano y un gesto con el pulgar hacia arriba.  

Estamos ahora mismo manteniendo un nivel vuelo de 380, poco más de 11 kilómetros y medio, y nos estamos moviendo un poquito dado que cruzamos ahora un chorro que viene del norte del océano con cierta intensidad. La radio no para, ya que en la frecuencia entre aviones están los compañeros a nuestro alrededor preguntado como están de turbulencia los diferentes niveles de vuelo. Es algo muy normal que los pilotos, preocupados por la comodidad de sus pasajeros, se interesen por cómo están las cosas más adelante por arriba y por debajo de su nivel por si les interesa cambiar de nivel de crucero. Nosotros vamos bien en este nivel porque aunque nos movemos, las opciones que oigo en la radio no me convencen, y según nuestros mapas en breve superaremos esta zona.

Y hablando de las turbulencias sobrevenidas por las nubes, aquellos de ustedes que están en una ventanilla y cerca de las alas quizás en alguna ocasión han visto cómo de repente se ilumina el ala en mitad de la turbulencia. No ocurre siempre, pero a veces de noche sucede bastantes veces. Esto es porque los pilotos miramos el ala para ver cómo se está moviendo o flexando para apreciar de otra manera la intensidad de la turbulencia además de lo que ya sentimos dentro del avión. Esa luz también nos ayuda para ver si estamos cargando algo de hielo, con lo que encenderemos los antihielo de los motores y alas.

Esta profesión tiene una peculiaridad de la que en alguna otra ocasión ya les he hablado: nada es igual, no hay dos vuelos iguales, ni siquiera entre las mismas dos ciudades y con el mismo avión y hasta el mismo día. Cada vuelo es el primero, un capítulo nuevo en el libro. No soy capaz de recordar las decenas de veces que he volado a Chile (por ejemplo) y nunca es igual, ni las rutas ni las sensaciones. Es una maravilla que te tiene que gustar y estar muy preparado para vivir en un constante proceso de adaptación y control de los riesgos. Esta característica de nuestra profesión se desplaza a nuestras vidas y formas de ser una vez en tierra. Sabemos que las reglas las cumplimos, las seguimos y respetamos, pero nos adaptamos muy bien en los momentos en que el, como dicen los gringos, “when shit hits the fan”. Tenemos desarrollada una facilidad para observar el escenario fríamente, ofrecer varias opciones y tomar la mejor, o menos mala de las decisiones para salir del problema. 

Hemos leído últimamente noticias aeronáuticas que nos hacen comenzar el año con un mal sabor de boca: un avión pierde una puerta de emergencia en vuelo, otros dos chocan en la pista mientras uno aterrizaba y por último un monomotor cae en el Caribe con un actor a bordo. Desgracias todas ellas en las que en mayor o menor medida la pérdida de vidas humanas o daños irreparables de las aeronaves hacen que la investigación sea necesaria. En esta industria se usa el concepto de Cultura Justa para muchos procesos, entre ello está el de las investigaciones de accidentes ya que no se buscan culpables, sino soluciones para evitar la repetición de los mismos y hacer de la aviación el medio de transporte más seguro que existe. Por ahora, y aunque en los medios de comunicación generalistas aparezcan muchas opiniones, los que nos dedicamos a esto y en el fondo nos va la profesión en ello debemos esperar a los resultados de dichas investigaciones.

Ya hemos dejado atrás la zona de las turbulencias de hace un ratito, y ahora vamos aprovechando un poco de viento en cola que nos empuja y nos da una velocidad sobre el terreno de más de 1000kms/h y se siente bien en esta calma, es placentero en mitad de esta noche saber que ustedes van ahí tranquilamente durmiendo o viendo alguna película en las pantallas de los asientos. Lo cierto es que nuestras mentes van pensando a más velocidad que esos 1000kms/h, siempre nuestra mente va por delante del avión. Es la mejor manera de adelantarnos a los cambios y las posibles sorpresas. Porque aquí delante estamos para ofrecerles a ustedes el viaje más cómodo que podamos dentro de los parámetros del contrato del billete, y por supuesto también estamos disfrutando del vuelo, de otra manera pero disfrutando de este su vuelo.

Seguimos de camino hacia la Península Ibérica y acabamos de pasar el control de Cabo Verde. Se llama “Sal Control”, atrás dejamos Dakar y después pasaremos a Canarias. Siempre que pensamos en los avances de la aviación recordamos a los hermanos Wright, Lindbergh, Jeppesen, el motor a reacción, el 747 y ahora el gran A380. Pero pocas veces se habla del desarrollo de los instrumentos de navegación aérea, la invención del horizonte artificial, del piloto automático y sobre todo algo que queda muy olvidado es el desarrollo a nivel mundial de la red de comunicación y la estandarización de procesos iguales en todas las regiones del mundo para facilitar las comunicaciones y la navegación. A veces no somos conscientes de lo rápido que ha pasado todo ya que en tan solo  120 años desde aquel primer vuelo a motor, hemos pasado a esta maravilla de A350 que tantas comodidades nos ofrece a los pilotos y altísimos niveles de seguridad a todos ustedes. 

Control Canarias nos ha dado un directo a un punto al norte de las islas que marca el límite en esta aerovía con control marroquí y de esta manera nos ahorramos unos minutos de vuelo. Estamos ya frente a las costas de Melenara y Salinetas en Gran Canaria y, aunque quedan unas horas aún para llegar, voy a ir preparándole la entrada en Madrid a mi compañero que aún descansa en las literas. El lo repasará de nuevo una vez tome control del vuelo, pero si se lo hago yo antes, ya tiene algo más con que compararlo. Viento en calma, 2 grados de temperatura, pista 32 derecha, 1014 milibares de presión y pesaremos unas 196 toneladas en el aterrizaje. Comienza el baile de las cifras y la adrenalina empieza a sentirse en nuestros cuerpos.

Como siempre, es un placer compartir estos momentos con todos ustedes y, siendo además este el primero del año, quiero agradecérselo especialmente.

Muchas gracias por usar nuestras alas; esperamos volver a verles de nuevo a bordo y Feliz 2024

Si te ha gustado, déjame tu mail y recibirás un correo con un aviso cada vez que publique una nueva entrada al Blog.

Volver

Se ha enviado tu mensaje

Advertencia
Advertencia
¡Aviso!

30 respuestas a “La primera hoja del libro 2024”

  1. Buenas tardes Comandante. Como siempre, ha sido un placer leerlo. Como se nota lo que disfruta con su trabajo!! Un abrazo desde Tenerife (Armando)

    Me gusta

    1. Muchas gracias Armando.

      Me gusta

  2. Avatar de Hugo Fernández
    Hugo Fernández

    Hola, Paco. Como de costumbre, muchas gracias por un texto tan ilustrativo. Una duda; ¿con qué criterio se concede, o no, un directo? Muchas gracias.
    Un saludo

    Me gusta

    1. Es el controlador quien lo decide porque es él quien sabe el tráfico que no rodea y en qué manera puede o no influir nuestro directo.

      Me gusta

      1. Avatar de Hugo Fernández
        Hugo Fernández

        Muchas gracias por tu respuesta, Paco. Un saludo

        Le gusta a 1 persona

  3. Gracias Comandante, como siempre, quedamos a la espera de más…
    Un abrazo!

    Me gusta

  4. Paco, qué bueno describes este vuelo. Me dejaste tirado con lo de las luces en las alas, la turbulencia y el deshielo. Hay alguna bitácora en el vuelo que cuando cambian a los otros pilotos sepan lo que hiciste previamente?.

    Me gusta

    1. Tan solo damos un briefing en los cambios a parte de que los 4 somos un equipo compacto que hacemos todo con sintonía.

      Me gusta

  5. Como siempre muy ilustrativo y ameno . Muchas gracias Cte y muy buenos vuelos en este nuevo año

    Me gusta

  6. Me encantan tus comentarios

    Me gusta

      1. Enorme su explicación detallada, una maravilla, gracias

        Me gusta

  7. Que maravilla Paco, es un deleite absoluto leerte, se imagina uno cada detalle, cada momento del vuelo.

    Me gusta

  8. Gracias por el relato. Muy didáctico.

    Me gusta

  9. Muchas gracias, Paco, por tu narración. Lo mejor que le puede pasar a uno es trabajar en lo que más le gusta. No vuelo, pero si navego. Y la forma de explicar ese primer vuelo del año me ha «transportado» a la cubierta de un barco en medio del Atlántico, hace muchos años con el cometa «Hale Boop» acompañándonos en nuestra travesía.
    Repito, mil gracias.

    Me gusta

  10. Gracias, al leerte me he sentido como si estuviera ocupando un asiento en tu avion Feliz año nuevo!!

    Me gusta

  11. He volado con 747, A340 ( en sus 2 versiones) A330 y A350 con Iberia desde SCL a MAD ( Ida y vuelta) ya desde hace varios años, siempre con un servicio seguro y muy profesional. Gracias Comandante.

    Me gusta

    1. Muchas gracias por sus palabras.

      Me gusta

      1. Gracias a usted por responder. Saludos, Juan Francisco de la Jara

        Me gusta

  12. Siempre un placer leerlo Francisco, hermosa data nos ha dejado y especialmente vivencias de alguien que lleva algunas décadas en esas Alas, coincido en los avances tecnológicos y aún hoy de solo pensar se sobrevuelan los océanos por quizás 4 o más horas en esa inmensidad de los cielos causa alucinaciones a un terrestre jajajajaja y una duda técnica, con los vientos de cola favorables o corrientes de chorro, se logra «quebrar» la barrera (velocidad) del sonido a esa altitud en los A350..? Muy buen año y Feliz regreso a MAD, con un ojalá pronto lo tengamos en EZE este 2024. Saludos..!!!

    Me gusta

    1. Muchas gracias, la velocidad del sonido nunca la superamos porque va en relación a la
      atmósfera en la que volamos y allá arriba, no podemos hacerlo porque el avión no está diseñado para ello. Saludos

      Me gusta

      1. Gracias Francisco, me salió anónimo el comentario, soy Juan Pablo Panozzo.

        Me gusta

      2. Muchas gracias Juan Pablo.

        Me gusta

Replica a Anónimo Cancelar la respuesta